Este lunes al mediodía, el Ministerio de Economía se reunirá con entidades, aseguradoras y FCI. Buscan despejar vencimientos de marzo, abril, mayo y junio, que totalizan más de $7,5 billones.
El equipo económico busca ultimar en las próximas horas los detalles de una iniciativa que en el Ministerio de Economía consideran clave para aminorar las tensiones cambiarias en la previa de las elecciones presidenciales: un canje de deuda en pesos que podría abarcar una canasta de títulos elegibles de más de $7,5 billones. Para ello, este lunes habrá nuevas reuniones con bancos, aseguradoras y fondos comunes de inversión (FCI) en busca de avanzar en acuerdos para que ingresen a la operación y ayuden a despejar la abultada carga de vencimientos que se acumula de acá a mitad de año. Ámbito accedió a detalles de la propuesta que está en negociación. En el Ministerio de Economía consideran que en los próximos días podrán hacer el anuncio.
Para Sergio Massa y su equipo, es clave reordenar el perfil de vencimientos de la deuda en pesos, que fue concentrándose en los meses previos a las Paso y las generales ante los temores de “reperfilamiento” azuzados por Juntos por el Cambio en caso de un eventual triunfo electoral de la oposición. Un canje que postergue para los primeros años del próximo mandato una porción considerable de los pagos comprometidos, consideran, permitiría despejar buena parte de la exposición al ruido electoral y de las presiones sobre los dólares paralelos ante cada licitación del Tesoro.
La iniciativa es ambiciosa. Como contó este diario semanas atrás, la idea desde el principio fue reprogramar los vencimientos hasta 2024 y 2025, es decir, saltar la barrera electoral que marcó las licitaciones de los últimos meses. Recientemente, según supo Ámbito, se avanzó en la idea de escalonar los nuevos vencimientos en distintos meses. Distintas fuentes precisaron que los tenedores que ingresen al canje recibirán títulos ajustados por inflación (CER) o duales (que dan una doble cobertura: pagan los más conveniente entre la suba de los precios y la del dólar oficial), que serían la llave para estirar más los plazos de pago.
En concreto, el 80 por ciento de los nuevos instrumentos estará atado a la inflación y el 20 por ciento restante lo integrarán bonos duales. Esa indexación es el costo que pagará el Tesoro para transitar los meses más álgidos, una estrategia que ya utilizó en los últimos canjes. Además, el Banco Central ofrecería una opción de venta (conocida como “put”), que funcionará como una especie de seguro de liquidez para quienes entren al canje y cuyos detalles se negocian en paralelo.
Una importante fuente oficial le dijo a este medio que, en principio, el menú de títulos elegibles para la conversión incluirá a los que vencen en marzo, abril, mayo y junio. Según cálculos de la consultora 1816, en ese lapso vencen $7,7 billones. De ese total, 1816 estima que el 37 por ciento está en manos del Bcra, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses y bancos estatales, cuya renovación no corre riesgos. El 44 por ciento lo tienen bancos privados, FCI, aseguradoras y fondos extranjeros; se trata del segmento clave que Economía busca sumar al canje. El 19 por ciento restante estaría en poder de empresas, individuos y otros entes públicos.
Con la intención de cerrar los últimos detalles de la operación, este lunes al mediodía el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, se reunirá con los directivos de los principales inversores institucionales, confirmaron fuentes oficiales. En principio, Massa también participaría del encuentro. “Con los FCI y las aseguradoras vamos a empezar a charlar, y con los bancos la charla ya lleva un poco más de tiempo”, le contó un alto funcionario a Ámbito. Con todo, en el Palacio de Hacienda aseguran que están cerca de sellar el acuerdo para lanzar el anuncio.
Fuentes de los inversores institucionales consultadas por este diario coinciden en que hubo avances en la negociación. Y varios analistas coinciden en que las restricciones regulatorias que tienen estos agentes para dolarizarse harán que ante una buena oferta muchos se inclinen por participar de la conversión.
Otro punto que destacó la consultora 1816 es que en las últimas dos semanas el mercado empezó a demandar bonos a 2024, lo que comprimió los rendimientos a nueve por ciento más CER y a cuatro por encima de la variación del tipo de cambio oficial. “Si esta demanda incipiente de papeles 2024 continúa, habrá una ‘ventana de oportunidad’ importante para un canje”, sostuvo en un informe.
¿Cómo se explica esa demanda? “Quizás por JxC, que pasó de publicar comunicados sobre la ‘bomba en pesos’ a dar a entender que tiene voluntad de pago”, sugirió 1816. Por lo pronto, Patricia Bullrich había recibido un tirón de orejas de parte de los bancos nucleados en Adeba, los economistas de Horacio Rodríguez Larreta deslizaron una salida gradual del cepo y Martín Tetaz dijo en FM Milenium que apoya “el canje de la deuda en pesos porque a nadie le conviene que eso explote”.
Sin embargo, Juntos por el Cambio volvió a activar su "plan caos" y lanzó una embestida contra la operación incluso antes de que se anuncie. Un nuevo comunicado señaló: "Esta acción supondrá un enorme riesgo para los argentinos ya que podría desembocar en un salto inflacionario aún mayor al ya provocado por este Gobierno, además de generar serios problemas a la gestión económica presente y futura". Y cuestionó la inclusión de un bono dual y del put del Bcra.
El nuevo comunicado recibió críticas desde el oficialismo e incluso de agentes del mercado. Por caso, el secretario de Comercio, Matías Tombolini, tuiteó: "Absolutamente irresponsable e insólito el planteo de la oposición, que solo pretende contribuir a crear incertidumbre y zozobra. De esta manera siguen eligiendo el camino de ser parte del problema en lugar de construir alternativas que los proyecten como parte de la solución".
En esa línea, el interbloque de senadores del Frente de Todos salió al cruce de la misiva de los bloques legislativos de JxC: "Salen a sembrar zozobra e incertidumbre, ante cada decisión del Gobierno Nacional e incluso ante cualquier posible determinación económica. Pero nada dijeron cuando la administración macrista llevó al país a un default en pesos, tomó una deuda astronómica con el FMI sin consultar al Congreso Nacional desoyendo las normas vigentes e incrementó la deuda de la Argentina en más de u$s100.000 millones". Y agregó: "Parece que sólo buscan que Argentina estalle. Sería mejor que reflexionen y actúen con la seriedad que el momento reclama a todos los sectores de la sociedad".
El propio titular de Adeba (la cámara que agrupa a bancos privados de capitales argentinos), Javier Bolzico, salió a responderle a economistas de la oposición que replicaban por redes sociales la línea del comunicado de los bloques legislativos de JxC. Por Twitter, Bolzico cuestionó: "Las propuestas canje de deuda son por títulos (no por tenedor); es decir para todos los tenedores. Los bancos tienen un porcentaje menor del total de la deuda. Por lo tanto, decir que es 'con los bancos' es -como mínimo- falaz".
Por lo pronto, el Gobierno buscará dar una fuerte señal con el lanzamiento del canje para apaciguar el panorama cambiario de los próximos meses en momentos en que la escasez de divisas a causa de la sequía se convierte en un gran condicionante para la dinámica económica de 2023. Justamente en ese marco, Economía espera para esta semana el anuncio por parte del FMI de la flexibilización de una meta de reservas que se tornaba inalcanzable. En este caso, la intención es mostrar la voluntad del organismo de mantener en pie un programa que el equipo económico concibe como ancla principal para una inflación que sigue sin dar tregua.