Alberto Fernández pretende iniciar la compleja negociación con los fondos de inversión que operan en New York, apoyado por los 24 mandatarios provinciales que representan al oficialismo y a la oposición política en el sistema federal de gobierno.
El presidente considera un hecho clave de su gestión acordar con los acreedores privados y evitar un nuevo default de la Argentina, y decidió convocar a los gobernadores para demostrar a los poderosos bonistas extranjeros que no está solo al momento de exigir una recorte formidable a la deuda externa de 68 mil millones que se acumula desde principios del siglo XXI.
Todos los mandatarios provinciales -sin distinción de color político- fueron convocados a la hora del te, y el jefe de Estado aguarda asistencia perfecta pese a las complicaciones que causa la ausencia de vuelos rutinarios como consecuencia del coronavirus. Alberto Fernández hará en Olivos una presentación política, y a continuación su ministro de Economía, Martín Guzmán, explicará los detalles de la propuesta oficial que intenta postergar -entre otros objetivos- el pago de la deuda y los intereses de los bonos emitidos bajo legislación extranjera.
Un día más tarde, viernes 17 de abril, Guzmán se conectará desde el Palacio de Hacienda con los fondos de inversiones y presentará formalmente la propuesta que Argentina diseñó con el apoyó explícito del Fondo Monetario Internacional (FMI) y su directora gerente Kristalina Georgieva. Esa propuesta, como reveló Infobae en exclusiva, se apoya en las siguientes condiciones:
-Postergación del pago de intereses por cuatro años.
-A partir de 2024, se paga el interés del uno por ciento, que sube por medio punto (0.50) al año, hasta llegar al interés máximo de la oferta que es cuatro con cincuenta (4.50).
-No se paga la amortización del capital por cinco años.
-El título se pretende pagar entre 38 y 40 centavos de dólar
El lunes pasado, Alberto Fernández conversó con su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la posibilidad de invitar a los gobernadores a Olivos, y ayer trató este asunto con Guzmán antes de la reunión que protagonizaron con Máximo Kirchner y Carlos Heller para analizar la posibilidad de aplicar un impuesto extra a los grandes contribuyentes de la Argentina.
El jefe de Estado comparte la iniciativa que empujan Kirchner y Heller y siempre recuerda los comentarios que le hizo Ángela Merkel durante la cena que compartieron en Berlín. En esa oportunidad, la canciller de Alemania le confesó a Alberto Fernández que no entendía porqué los millonarios argentinos no pagaban más impuestos.
Guzmán había pensado en presentar hoy -o más tardar mañana- la oferta formal a los bonistas bajo legislación extranjera. Pero el Presidente considera esencial tener el respaldo político de los mandatarios provinciales y Guzmán ya anticipó a los fondos de inversión que la videoconferencia con la propuesta oficial se formalizara el viernes en horario a confirmar.
De todas maneras, el ministro de Economía participará hoy de una cumbre del G20 y de una sesión virtual del FMI, y en esos foros multilaterales ya adelantará que la Argentina tiene redactada la oferta destinada a los acreedores privados que operan bajo legislación internacional.
Alberto Fernández asegura que tiene intenciones de honrar la deuda con los bonistas -asciende a 68 mil millones de dólares-, pero que no puede pagar en medio de una crisis financiera y económica global. El presidente exige una moratoria de al menos cuatro años -para amortización del capital y la cancelación de los intereses-, y el canje de los títulos a un valor de 38 a 40 centavos de dólar por cada 100.
Los fondos de inversión rechazan esta propuesta y aguardan una mejora en los próximos días. Alberto Fernández se sentará a la mesa de negociación con el apoyo del FMI, los 24 gobernadores y el trasfondo de una pandemia sin final que puso en jaque a la economía mundial.
Eso implica que abrirá muy poco la mano. “Casi nada”, aseguraron ayer en Olivos.