El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, llegará Davos para cumplir una ambiciosa agenda de trabajo que incluye a Christine Lagarde, Bono, representantes económicos de Jair Bolsonaro, diplomáticos claves de la Unión Europea y una docena de CEOs que lideran a las compañías más poderosas del planeta.

Dujovne estará tres días en el encuentro económico que se realiza anualmente en Suiza y sus objetivos políticos son ratificar el rumbo del plan de ajuste acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y asegurar que Mauricio Macri tiene muchas posibilidades de lograr la reelección presidencial.

El Foro Económico Mundial es una excelente oportunidad para profundizar conocimiento, entender la agenda global y hacer una agenda de reuniones con jugadores fundamentales de las finanzas, la economía, los gobiernos y los organismos multilaterales. El cliché es considerar al Foro de Davos como un after office de multimillonarios que fuman habanos mientras ven caer la nieve, mientras que la realidad indica que es un acontecimiento con suficiente volumen intelectual para comparar sus charlas con las clases que se toman en las universidades de la Ivy League americana.

La agenda geopolítica, repensar el riesgo financiero global, el panorama estratégico de la economía digital, paz y reconciliación en un mundo bipolar, la amenaza nuclear, la visión china de un billón de dólares (el proyecto Obor), el surgimiento del nacionalismo tecnológico y el panorama de los mercados emergentes, son algunas de las conferencias que se dictarán en el Foro Económico. Son temas claves de la globalización, puro conocimiento intelectual para entender la fragilidad del actual orden global.

En este marco, Dujovne y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, se encontraran con Christine Lagarde y David Lipton, directora y subdirector gerente del FMI, respectivamente. La reunión es el jueves a la mañana, y la intención es analizar la agenda global y el panorama político del país.

No será necesario que Dujovne y Sandleris comenten los números de la economía nacional –el Fondo tiene toda la información—, y el tono será distendido y con agenda abierta. A los cuatro preocupa cómo avanza la negociación entre Estados Unidos y China, y a los cuatro les interesa qué sucederá en las elecciones presidenciales y si Cristina Kirchner tiene chances de regresar a la Casa Rosada.

Antes del encuentro con Lagarde, el ministro de Hacienda mantendrá una reunión con la delegación de Brasil para tratar una hoja ruta vinculada al posible acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europa. Estaba previsto que Dante Sica -ministro de la Producción- formara parte del cónclave. Pero en gobierno confirmaron que Sica no viajará a Davos. Una pérdida importante al momento de ajustar la negociación con Brasil y el posible tratado bilateral con la UE: Sica es experto en Brasil y maneja mucha información del Mercosur.

Mauricio Macri y Jair Bolsonaro acordaron modernizar el Mercosur y validar las negociaciones con la Unión Europea. Esa decisión política será ratificada por el encuentro entre Dujovne y la delegación brasileña que viajará a Davos. Y en este contexto, el ministro de Hacienda se encontrará también con Cecilia Malmström, comisaria de Comercio de la UE, para acelerar la marcha hacia la declaración institucional que anuncie que los dos bloques geopolíticos se pusieron de acuerdo.

La negociación lleva veinte años corridos y nunca se estuvo tan cerca. La asunción de Bolsonaro puso un forzado paréntesis y Macri pensó que todo podía quedar encallado por la posición del presidente brasileño sobre la cooperación internacional. Pero en la Cumbre de Brasilia, el presidente argentino y Bolsonaro se pusieron de acuerdo y la negociación con la UE empezó a rodar de nuevo.

El secretario Reyser es una pieza clave de esta negociación. Tiene más de una docena de viajes a Bruselas y sabe de memoria qué pidieron o aún piden todos los países que integran el Mercosur y la UE. Reyser estará junto a Dujovne cuando se siente a conversar con la comisaria Malmström, que siempre exhibió predisposición para encontrar un final feliz a la negociación bilateral.

De todas maneras, hay elecciones en Europa y las intenciones del tándem Argentina-Brasil deberá esperar hasta después de las vacaciones de julio. Un acuerdo con el Mercosur puede espantar los votos cercanos al nacionalismo que protege la producción local de los países europeos.

Además de sus encuentros con el FMI, Brasil y la UE, Dujovne se reunirá con representantes de Coca Cola, Amazon, Booking y JP Morgan, entre otras empresas que operan en la Argentina. El ministro de Hacienda aprovechará la oportunidad para explicar cómo está el plan de ajuste económico y –como un karma electoral—ya sabe que los CEOs de esas compañías globales preguntarán sobre Cristina y sus posibilidades de volver al gobierno. Dujovne ama la música y se dará el gusto de reunirse con Bono, el mítico líder de U2. Bono tiene una fundación que se dedica a la integración de género y a la lucha contra la pobreza y tratará con el ministro de Hacienda la posibilidad de cerrar acuerdos institucionales. El cantante irlandés no descarta visitar la Argentina en los próximos meses y encontrarse con Macri en Balcarce 50.

Dujovne y Sandleris llegarán a Davos con la difícil misión de explicar que la economía nacional se dirige a su recuperación. Con la inflación de 47 por ciento en 2018 y las tasas cercanas al 60 por ciento, el ministro y el presidente del Banco Central deberán extremar su capacidad de seducción frente a importantes jugadores globales que han perdido confianza en la administración de Macri. Los dos funcionarios tienen un argumento casi infalible: es Macri o Cristina.