El ministro de Economía, Sergio Massa, arribó a la ciudad de Bengaluru para participar de la cumbre de ministros de Finanzas y presidentes de los Bancos Centrales, y además hoy mantendrá reuniones bilaterales con la Secretaría del Tesoro, la ministra de Finanzas de India y el viceministro de Finanzas de China.
Massa usará sus tres días en el G20 de la India para reclamar un paquete de medidas destinado a compensar las consecuencias económicas y financieras causadas por la postpandemia del Covid 19, la sequía que castiga a la Argentina y la guerra de Rusia contra Ucrania. El jefe del Palacio de Hacienda sostiene que el conflicto en Europa afectó las cuentas de la Argentina y planteará a las naciones centrales, a la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional (FMI) que se definan políticas globales orientadas a fortalecer las exhaustas cuentas de los países pobres y de medianos ingresos.
La presentación de Massa en las sesiones de la cumbre en Bengaluru apuntará a lograr créditos blandos de los integrantes más poderosos del G20 y convencer al FMI sobre la necesidad de bajar sus tasas de interés, reducir el porcentaje que percibe por sobrecargos y crear -cuanto antes- un Fondo de Resiliencia orientado a facilitar la recuperación económica de los estados más débiles que pagan las consecuencias del conflicto entre Moscú y Kiev.
Además de poner foco en el impacto de la guerra en Europa, Massa abordará la situación financiera de la Argentina con Jay Shambaugh, subsecretario para Asuntos Internacionales de la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos. Shambaugh ha colaborado con Brookings Institute y conoce como funciona el poder en Washington. Llegó a Bengaluru junto a Janet Yellen, secretaria del Tesoro de los Estados Unidos y principal asesora en materia económica y financiera de Joseph Biden.
Tras la reunión con Shambaugh, el jefe del Palacio de Hacienda será recibido por Nirmala Sitharaman, ministra de Finanzas de la India. Massa y Sitharaman tienen una agenda en común: la necesidad de lograr que el G20 aborde sin demora las consecuencias sociales de la guerra en Ucrania y avanzar -a su vez- en acuerdos entre la Argentina e India vinculados al desarrollo tecnológico.
A continuación, Massa se entrevistará con Wang Dongwei, viceministro de Finanzas de China, para profundizar la cooperación bilateral y analizar nuevos mecanismos que permitan fortalecer las reservas del Banco Central. Wang es escuchado por Xi Jinping, que controla todo el poder político en China.
En las tres reuniones de Massa con representantes de los Estados Unidos, India y China estará presente la situación bélica en Europa. El G20 decide por consenso y todas sus resoluciones necesitarán del respaldo de la Casa Blanca y el Kremlin, que han enfriado su relación diplomática después de la visita de Biden a Kiev y la inmediata respuesta de Putin en su último discurso pronunciado en Moscú.
Cuando el primer ministro Narenda Modi decidió el leitmotiv del G20 que organiza en la India, aún no se había iniciado la invasión de Rusia a Ucrania: “Una tierra, una familia, un futuro”, sostiene el slogan oficial que la actual tensión mundial ya convirtió en ilusión geopolítica.
El enfrentamiento protagonizado por Putin y Biden, que escaló a niveles inesperados en las últimas 72 horas, impactará en las deliberaciones de la cumbre de ministros de Economía y condicionarán la aprobación de propuestas que se van a debatir aquí para atenuar las consecuencias de un conflicto bélico que tiene final abierto.
La guerra de Rusia contra Ucrania aumentó el precio de los combustibles, los fertilizantes, los fletes y los alimentos, incrementó los niveles de inflación y afectó el acceso al crédito internacional de los países considerados pobres y de ingresos medios.
Las naciones más poderosas definieron medidas domésticas para blindar sus propias economías -por ejemplo, Estados Unidos subió su tasa de referencia-, mientras el resto del planeta sufre las consecuencias de una guerra que modificará el tablero mundial y las relaciones de poder entre Estados Unidos, China, Rusia y la Unión Europea.
Un paper reservado que Massa entregó a Kristalina Georgieva en Bali para explicar los costos que paga Argentina por la guerra que Putin libra en Ucrania, ya tiene una segunda versión que el ministro de Economía utilizará en esta cumbre del G20. En esa oportunidad, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) prometió a Alberto Fernández y Massa que se ocuparía del asunto.
Nada sucedió. Y el conflicto ya inició una nueva fase bélica y diplomática que impactará de lleno en las cuentas de la Argentina.
“Se observa un aumento del valor de las importaciones de combustibles en US$3.757 millones en relación a los US$1.999 millones proyectado a precios preguerra (y) el costo de los fletes para exportación sufrió un aumento de US$1.800 millones en relación a las estimaciones anteriores a la guerra. El impacto final de la suba de precios internacionales a causa del conflicto en Ucrania se estimó en US$4.940 millones”, sostiene el documento que desnuda las consecuencias de la guerra para la Argentina y que el ministro de Economía utilizará en Bangalore.
Massa describirá durante las sesiones de la cumbre y en sus encuentros bilaterales ese costo extraordinario causado por el conflicto bélico que afecta el plan de estabilidad económica. Un dato que maneja el Palacio de Hacienda permite reforzar los argumentos que el ministro hoy desplegará en Bengaluru:
“El shock de precios de los combustibles generó un aumento en los subsidios energéticos transferidos por el estado nacional durante 2022. Según los cálculos realizados se prevé que las transferencias en concepto de subsidios asciendan para este año a los $1.799.286 millones”, considera la segunda versión del paper que describe los costos de la guerra para el país.
En este contexto, Massa avanzará sobre las altas tasas que aplica el FMI sobre los créditos que deben pagar los países deudores, insistirá con la reducción de los sobrecargos que se incluyen a los pagos de la deuda que contrajo Mauricio Macri y reclamará la inmediata creación del Fondo de Resiliencia para los atenuar los efectos de la guerra en Ucrania.
Massa llegará al Centro de Convenciones del hotel Marriot junto al presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el director del Indec, Marco Lavagna, que también es secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Economía. Serán tres días intensos en Bengaluru con la mirada puesta en Washington: en la capital de Estados Unidos, una delegación del Palacio de Hacienda está cerrando la revisión técnica del FMI para completar el ejercicio 2022 y negocia las metas a cumplir en 2023.
La propuesta del ministro Massa sobre los costos de la guerra es un hecho diplomático que no está aislado de la hoja de ruta que se acordó con el FMI y de la agenda económica y financiera que la India diseñó para el G20. Ambos escenarios multilaterales -el Fondo y el G20- tratan habitualmente la situación global y la crisis social que soportan decenas de países por la pandemia y la invasión ordenada por Moscú.
Hace una semana, el premier Modi propuso al G7 y al FMI una hoja de ruta que coincide con la posición de la Argentina vinculada a los efectos económicos causados por la pandemia del Covid-19 y el conflicto en Ucrania. Modi considera que la India puede ocupar espacios geopolíticos que China perdería por su apoyo a Rusia frente a los Estados Unidos, y en este movimiento diplomático intentará sumar a los países pobres y de medianos ingresos.
Alberto Fernández ya mantuvo reuniones con Modi, al igual que el canciller Santiago Cafiero, y la afinidad de objetivos estratégicos puede empujar las iniciativas que presentará Massa en la cumbre de ministros de Economía. Si el conflicto en Ucrania se acelera tras el cruce discursivo entre Biden y Putin, las naciones más poderosas y los organismos multilaterales -FMI y Banco Mundial- no tendrán otra alternativa que abrir la mano para colaborar con los países en crisis financieras y económicas.
Además de participar en las sesiones vinculadas a la lucha contra la evasión fiscal, el blanqueo de capitales y la arquitectura financiera internacional, Massa mantendrá reuniones bilaterales con Gita Gopinath, directora general adjunta del FMI, Bruno Le Maire, ministro de Economía de Francia, Fernando Haddad, ministro de Economía de Brasil, y Axel Van Trotsenburg, director gerente del Banco Mundial.
La agenda de Massa en Bengaluru atraviesa distintos países, organismos y protagonistas, pero tiene una dinámica común: robustecer el plan de estabilidad económica con la ayuda del FMI, los socios regionales, las potencias europeas y la Casa Blanca. Se trata de una tarea compleja que no terminará en la India.