El gremio de Comercio, el de mayor número de afiliados de la Argentina, encaminó su negociación salarial en los parámetros de aumento sugeridos por el equipo económico, pero a cambio demandó acortar los plazos.
EL sindicato que lidera Armando Cavalieri solicitó un aumento de 33por ciento a 36por ciento entre abril y agosto, un mes menos de lo sugerido por Sergio Massa, que espera fijar esa pauta por un semestre.
El pedido que formalizó esta semana la organización de empleados mercantiles ante las cámaras patronales de la actividad se suma a la dinámica de gremios en procura de incrementos salariales a salvo de la inflación, pero sin contradecir abiertamente la pauta oficial que marca no más de 33por ciento por seis meses o bien apenas unos puntos arriba de 60por ciento para los acuerdos anuales.
Por caso, la Asociación Bancaria pactó una suba de 32,5por ciento pero por cinco meses y le adicionó al acuerdo con las entidades financieras una compensación extraordinaria por el pago del impuesto a las Ganancias. Mientras que la paritaria nacional docente fijó para un semestre un 33,5por ciento de aumento nominal que trepa a 43,9por ciento en las categorías iniciales al computar una suma compensatoria; además, los educadores alcanzados por Ganancias podrán deducir del pago de ese impuesto ítems salariales específicos que hacen a la función. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), por su parte, exige 20por ciento de aumento por un trimestre.
En el caso del gremio mercantil, la discusión avanzó esta semana en el ámbito privado, una característica habitual de las tratativas que lleva adelante Cavalieri con la Cámara de Comercio (CAC), la Confederación de la Mediana Empresa (Came) y la Unión de Entidades Comerciales (Udeca). El pedido de aumento fue de entre 33por ciento y 36por ciento, tal como expuso Economía y como alienta Trabajo en cada paritaria, pero por cinco meses en lugar de seis para activar una revisión en septiembre. El año pasado Comercio acordó un ajuste de 98por ciento que se estiró a 101por ciento una vez contabilizado el ítem de presentismo.
En tanto que la UOM volverá a reunirse mañana con las cámaras empresariales Adimra (la de mayor número de empresas afiliadas), Afac (autopartistas), Afarte (terminales electrónicas de Tierra del Fuego), Camima (aluminio), Fedehogar (línea blanca) y Caiama (pyme) y por primera vez lo hará este año en el Ministerio de Trabajo, señal de un empantanamiento de las conversaciones hasta ahora en la sede del sindicato. El gremio que encabeza Abel Furlán insiste en pautar 20por ciento de aumento por el trimestre de abril a junio y las fábricas responden con un 17por ciento en tres etapas: 6por ciento el primer mes, 6por ciento en mayo y 5por ciento en el mes siguiente.
Se trata de una diferencia en apariencia exigua, de apenas tres puntos, pero suficiente para que el sindicato metalúrgico advirtiera que de no haber acuerdo mañana, pondrá sobre la mesa la adopción de medidas de fuerza. La última discusión privada se produjo el lunes en el gremio sin la presencia de Furlán, que se encontraba de viaje. En reserva, los empresarios participantes en la paritaria minimizaron el tono beligerante e interpretaron como cercano un entendimiento.
La novedad principal en la discusión de la UOM es la referencia utilizada para pautar las subas. Si históricamente el gremio se basó en la inflación pasada para aplicar subas que eventualmente la compensaran, este año la dirigencia resolvió apelar a los pronósticos de aumento de precios de las consultoras privadas que releva el Central.