California busca controlar 560 incendios forestales causados por la suma de fuertes tormentas eléctricas y una ola de calor extremo. Las llamas ya arrasaron 300 mil hectáreas y 100 mil personas debieron ser evacuadas.
California, que actualmente tiene la mayor cantidad de infectados por Covid -19, enfrenta uno de los incendios más voraces de su historia, ante un pronóstico meteorológico desalentador que no indica probabilidades de lluvia en los próximos días.
Una residente de la ciudad de San José (zona de Silicon Valley), despertó el viernes con una alerta de posible evacuación inmediata. Mientras lidiaba con la desesperación de tener que dejar su hogar, se encontró con la paradoja de ser trasladada a un centro de evacuación con cientos de desconocidos en un momento donde es crucial mantener la distancia social para evitar el contagio del Covid-19.
Si bien los incendios se encuentran dispersos por todo el territorio, las zonas más comprometidas son el Área de la Bahía de San Francisco y los condados de Napa, Lake, Solano y Sonoma, dedicados mayormente a la actividad vitivinícola por su clima seco.
Cómo se inició el fuego
Las condiciones climáticas de la última semana desencadenaron la catástrofe: una tormenta eléctrica que causó 12,000 rayos coincidió con una fuerte ola de calor que azotaba a California desde hacía varios días.
Esta situación sumada a las características geográficas y climáticas como grandes extensiones de tierras con sequía, vientos constantes y vegetación fácilmente inflamable, convierten el área en un escenario propicio para los incendios forestales. Además, como consecuencia del cambio climático, los veranos son cada vez más calurosos y largos, lo que dificulta aún más la extinción de los focos incendiarios.
En las zonas no alcanzadas por las llamas, también se sienten efectos negativos de los incendios. Por ejemplo, la calidad del aire es uno de los problemas que enfrentan los habitantes de San Francisco ya que desde hace varios días la ciudad fue invadida por una cortina de humo y ceniza.
Allí, la mayoría de los hogares no cuentan con aparatos de aire acondicionado, dado que las temperaturas promedio en verano oscilan entre los 18 y 20 grados. “Abrir una ventana es suficiente para refrescar los ambientes, pero ahora no podemos hacerlo porque el aire que circula tiene partículas nocivas que provocan enrojecimiento en ojos y sequedad en la garganta'', explicó un residente que vive cerca del área de Embarcadero.
El cambio climático golpea a lo largo y ancho de California. Los últimos días en el parque nacional del Valle de la Muerte (Valley Death), uno de los lugares más calurosos del mundo, se registró una temperatura récord de casi 55 grados, una de las más altas de la Tierra en los últimos 90 años.
Las medidas para detener el fuego
Luego de afirmar que los recursos de extinción se agotan a medida que continúan prendiéndose nuevos incendios, el gobernador de California, Gavin Newsom, decretó la emergencia sanitaria para disponer también de las fuerzas militares y policiales en las tareas de evacuación y control del fuego.
En el extremo político opuesto, el presidente Donald Trump había desoído en un principio los pedidos de ayuda del gobernador del principal estado de la costa este. Sin embargo, la Casa Blanca dio un giró en su actitud y recientemente firmó un plan de cooperación con el gobierno de Newson, quien además había solicitado ayuda internacional ante la magnitud de la situación.
En este momento, dotaciones de bomberos están trabajando días y noche para apaciguar el fuego mientras son apoyados por helicópteros que buscan combatir el fuego desde el aire. Todos peleando en una lucha desigual donde la naturaleza muestra su faceta más violenta.