La ciudad brasileña de Maceió, al noreste de ese país, y el ecosistema acuático de lagunas y alrededores, se encuentran bajo alerta por una mina de sal con riesgo de derrumbe, producto de la actividad minera en la que se buscaba extraer sal de roca, por lo que autoridades declararon el estado de emergencia y desalojaron casas aledañas.
Tras decretar el miércoles pasado el estado de emergencia, la justicia ordenó la relocalización de miles de familias de áreas adicionadas a un mapa de riesgo elaborado en 2019, cuando comenzó el retiro de habitantes luego de que movimientos de tierra causaran las primeras grietas en viviendas y calles.
Los barrios donde vivían unas 55.000 personas en más de 14.000 inmuebles se convirtieron en tierras desoladas.
El gobernador de la capital del estado de Alagoas, João Henrique Caldas, dijo ayer al medio de comunicación estadounidense CNN, que el desastre "inminente" será "la mayor tragedia urbana en curso en el mundo".
En tanto, representantes de Defensa Civil, indicaron que pese a que se podrán salvar vidas, el daño ambiental será inevitable.
Se refiere al riesgo ambiental que implicará un daño irreversible al ecosistema acuático de la laguna y alrededores, ya que la mayor parte de la mina de donde se extrae sal gema o sal de roca (materia prima de la soda cáustica y PVC), está bajo el agua, y una menor, en el continente.
Según indicaron especialistas de Defensa Civil, el derrumbe sería como quitar el tapón de un lavabo y que ingrese una enorme cantidad de sal al agua, que afectará la vida dentro de su entorno, según informó hoy la agencia AFP.
En este contexto, se explicó que los movimientos de la tierra aceleraron el hundimiento en el área circundante a la mina, que acumuló un descenso de 11,4 centímetros en las últimas 24 horas.
Un comunicado de Defensa Civil detalló que desde el miércoles 21 de noviembre, la tierra se ha hundido 1,43 metros.
La mina en cuestión es una de las 35 que explota la empresa Braskem, en Maceió, cuyo mayor accionista es Novonor, antigua Odebrecht, protagonista de la gran causa de corrupción Lava Jato.
Braskem dice estar "tomando todas las medidas posibles para minimizar el impacto" de un posible derrumbe, como monitoreo y medidas preventivas de relocalización, según divulgó en su sitio.