Gracias al trabajo online que hemos realizado con las familias de siete sentidos, sabemos las situaciones de estrés y desregulación que muchas familias han vivido.
Los más de 50 días de confinamiento que llevamos decretados por el estado de alarma ha provocado que los niños que presentan Autismo y otros trastornos del neurodesarrollo se hayan visto afectados con repercusiones negativas en su bienestar y equilibrio ocupacional.
Para un niño con Autismo esta situación supone un estrés mayor al que pueden sufrir otros niños neurotípicos. Para los niños con TEA y otros trastornos del neurodesarrollo, el tener que adaptarse de una forma inesperada y repentina a una alteración de su vida cotidiana que no ha sido anticipada con anterioridad y el deber de permanecer en sus casas interrumpiendo todas sus actividades y terapias durante semanas y semanas ha sido algo muy difícil de manejar en muchos casos.
La mayoría de estos niños no han podido jugar activamente en los contextos adecuados que les permitan recibir los estímulos sensoriales necesarios para mantenerse autorregulados y que puedan sentirse bien, tranquilos, felices y seguros.
Muchas de las familias con niños Autismo, con las que ahora estamos trabajando de forma telemática, nos expresan el impacto negativo están viviendo durante el confinamiento, en la mayoría de los casos, sobre todo, están apareciendo un aumento de los comportamientos desafiantes y mayores niveles de estrés y ansiedad.
El día a día típico de estos niños, antes del confinamiento, es muy activo, los niños por lo general tienen una energía extraordinaria que les permite tener una agenda muy completa. Estos niños por las mañanas acuden al colegio donde trabajan con maestros de educación especial, por las tardes reciben terapias, que se ofrecen diferentes asociaciones y terapias en centros privados, asisten a una media de 10 horas de terapia a la semana por las tardes.
En la agenda de un niño con Autismo está todo está perfectamente ordenado y estructurado de manera visual, con imágenes de sus maestros, terapeutas y de los lugares dónde asistirán, esta estructura les permite tener claridad y sentirse tranquilos y seguros. Al romper con todo esto bruscamente muchas familias con las que hemos trabajado nos han expresado que sus hijos ahora presentan más enfados, mayor frustración, ataques de rabia, tristeza sin motivo, pesadillas, terrores nocturnos, más autolesiones, trastornos del sueño, problemas de alimentación, retrocesos en el control de esfínteres, enlentecimiento en el lenguaje, aumento de movimientos repetitivos y falta de atención.
Esta situación sobrevenida está afectando no sólo al bienestar de los niños con Autismo y sus familiares, si no también al de otros niños y familias que sufren algún trastorno del neurodesarrollo, como en el caso de los niños con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (Tdah), por ejemplo .
Ahora los padres de estos niños se enfrentan al reto del desconfinamiento donde tendrán que explicar a los niños que se van a encontrar en la vuelta a la normalidad y ayudarles a mitigar el impacto negativo que el encierro ha provocado para evitar retroceso en sus habilidades y comportamientos desarrollados con anterioridad
Por eso aconsejamos ir informando al niño ante las nuevas situaciones, por ejemplo que muy pronto podremos visitar a la familia guardando las distancias, que podremos volver a iniciar las terapias y que todo se limpiará muchísimo, que habrá mucha gente con mascarilla en todos los lugares, que no podemos utilizar el parque, que no podemos tener un acercamiento físico a las personas que conocemos, que no podemos ir tocando todo fuera de casa, etc..
Sin información el niño no va a comportarse como esperamos. Si no explicamos e informamos de cuál y cómo es la nueva realidad, el niño actuará como ya tiene aprendido debemos de informar para que puedan reaprender. Esto implica anticipación, podemos hacer un acompañamiento visual de lo que queremos explicar al niño mediante pictogramas, series de secuencia en imágenes..., a la vez que le explicamos verbalmente. También puede ser útil para algunos niños, vivir lo que le hemos explicado, por ejemplo si el parque está cerrado ir al propio parque y que sea él quien lo vea, o que vea fotos de sus conocidos con mascarilla puesta.
Es muy importante que se sientan seguros para que puedan aprender. Que estemos acompañándoles en este gran cambio, y que a la vez les entendamos por ejemplo si se enfadan porque no pueden entrar en el parque o les da miedo la gente con mascarillas. Esto es un nuevo gran desafío y deben saber que estamos apoyándoles.
Fuente: 7Sentidos – Centro de Terapia y Desarrollo Infantil (España).-