El petróleo y el gas natural se mantendrán hasta 2050 como los mayores proveedores de energía en el mundo y la acción climática no alcanzará sus metas de limitar la temperatura planetaria, según el más reciente panorama energético global presentado por el gigante estadounidense Exxon.
El informe prevé que la demanda mundial de petróleo, 102 millones de barriles (de 159 litros) por día en la actualidad, será en 2050 de unos 85 millones de unidades “la misma de 2010, aunque para 2035 cada automóvil nuevo vendido fuera eléctrico”.
El consumo de gas natural, actualmente unos cuatro billones (millones de millones) de metros cúbicos por año, aumentará sobre los 7,2 billones en 2050.
En conjunto, petróleo y gas suministrarán al menos 54 por ciento de los productos energéticos que demandará el mundo al promediar la centuria, cuando la población aumentará de los 8000 millones de habitantes actuales hasta 10 000 millones, y sus demandas de energía se incrementarán.
Por contraste con esos combustibles, grandes emisores de gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera y son vistos como los villanos en la crisis climática, las energías eólica y solar cubren solo dos por ciento de la demanda energética mundial y previsiblemente no pasarán de 11 por ciento hacia 2050.
Incluso con la tendencia declinante en la demanda de carbón (actualmente unos 8000 millones de toneladas anuales) las emisiones de dióxido de carbono (CO2, principal gas de efecto invernadero) pueden alcanzar 34 000 millones de toneladas métricas ™ este año y luego disminuir hacia 25 000 millones en 2050.
Ese volumen es más del doble de los 11 000 millones de TM que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Ipcc) considera límite necesario para lograr las metas del Acuerdo de París de 2015.
Ese acuerdo, aprobado por casi todas las naciones, prevé reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de modo que la temperatura global no supere los dos grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900) ni pase de 1,5 grados antes de 2050.
El cambio climático entretanto avanza indetenible con olas de calor cada vez más frecuentes e intensas, y con fenómenos meteorológicos extremos que llevan a sequías, inundaciones u otras catástrofes en casi todas las regiones del mundo.
Según el informe de Exxon, “está en marcha una transición energética, pero aún no se está produciendo en la escala ni en el calendario necesarios para lograrlo”.
Desde organizaciones conservacionistas hasta entidades multilaterales se insiste en la necesidad de adoptar más medidas y destinar cada vez más recursos a la producción y consumo de energías limpias, para encaminar al mundo hacia la meta de emisiones cero en 2050.
Pero Exxon arroja un balde de agua fría al entusiasmo climático al sostener que de las 55 tecnologías necesarias para alcanzar emisiones netas cero para 2050 “solo dos están en camino” y la disminución previsible de esas emisiones, apenas un 25 por ciento con relación a los niveles actuales.
El mundo “necesitará ampliar drásticamente las soluciones de bajas emisiones -más allá de la trayectoria actual- que preserven las ventajas del sistema energético actual y al mismo tiempo reduzcan las emisiones de manera significativa y eficiente”, indica el reporte de Exxon.
“Hacerlo requerirá de apoyo político de los gobiernos, de avances tecnológicos para reducir costos y, en última instancia, de soluciones impulsadas por el mercado para incentivar la reducción de emisiones”, subraya el documento.
Insiste en que el uso de energía y la mejora del nivel de vida van de la mano, “no puedes tener uno sin el otro”, y toma a la sociedad china como ejemplo.
Cuando el producto interno bruto (PIB) per cápita de China rondaba los 2000 dólares, su uso de energía fue bajo, 36 millones de unidades térmicas británicas (BTU) al año, pero cuando en 2021 superó los 11 000 dólares per cápita el consumo de energía pasó de 11 000 BTU, superando al promedio mundial.
En cambio, las zonas que siguen sumidas en la pobreza energética tratarán de incrementar su consumo energético, como es el caso de África al sur del Sahara, que en las últimas dos décadas ha consumido apenas unos 27 millones de BTU por persona al año, ubicándose su PIB per cápita en unos 1700 dólares.
Sobre las bases del crecimiento de la población, y la duplicación posible del tamaño de la economía mundial en los próximos 25 años, Exxon estima que el mundo necesitará producir al menos 15 por ciento más de energía que en el presente, incluido un aumento de 80 por ciento en el uso de electricidad.
Sobre el petróleo y el gas, la corporación destaca que su utilidad “sigue siendo incomparable: son ricos en energía, portátiles, disponibles y asequibles, y sirven como materia prima esencial para muchos productos que utilizamos hoy en día”, por lo que se mantendrá el reinado energético que han sostenido por décadas.
El uso del petróleo disminuirá para el transporte en persona, pero “seguirá siendo esencial para los procesos industriales y el transporte marítimo, por carretera de larga distancia y la aviación”, agregó el informe.
El gigante Exxon Mobil, la empresa petrolera privada más grande del sector registró en 2022 su año más rentable de toda su historia, con beneficios netos de 55 740 millones de dólares, y en los tres primeros meses de 2023 ya consiguió ganancias por 11 500 millones de dólares.
El negocio petrolero, 2,5 por ciento del PIB mundial, supera los 2,5 billones de dólares y aportó el año pasado ganancias de 400 000 millones a las corporaciones. Líder en beneficios, por 161 000 millones de dólares, fue la petrolera estatal saudí, Aramco.
Fuente: Agencia IPS