El fallecimiento de Ulrich Klopfer, médico abortista de Estados Unidos, el pasado 3 de septiembre, propició el hallazgo de más de 2.200 restos de fetos en su vivienda en el estado de Illinois.[{adj:57525 alignright}]
La familia del médico los encontró junto a su abogado, y alertó a la policía, que confiscó los restos e inició una investigación.
A pesar del hallazgo, no hay evidencias de que se hubiesen realizado procedimientos médicos en la casa. De acuerdo con The Guardian, Klopfer practicó abortos durante décadas en varias clínicas de Indiana, pero le habían suspendido la licencia en 2016 por irregularidades en la documentación y carencias de carácter médico.
Pese a ello, Klopfer aseguró que nunca había perdido a una paciente en 43 años de profesión y que esperaba volver a abrir sus clínicas.
En 2014, lo acusaron de haber esperado meses antes de informar de un aborto practicado a una chica de 13 años en South Bend, pero el cargo fue retirado después de que completó un programa de rehabilitación antes del juicio.