Durante más de siete décadas estuvo "durmiendo", enterrada en un campo, sin que nadie supiera de ella hasta este lunes, cuando decidió que era hora de hacerse notar. Así, una bomba de la Segunda Guerra Mundial explotó en un campo de maíz cercano a la ciudad de Limburgo en el estado federado de Hesse, situado en el centro-oeste del país.
Según la Policía, la explosión fue provocada al parecer por un detonador químico de larga duración y provocó un cráter de cerca de cuatro metros de profundidad. La bomba pesaba 250 kilogramos.
También añadió que la detonación produjo un fuerte estallido así como un cráter claramente visible.
Los especialistas en desactivación de explosivos confirmaron por la forma del cráter que la explosión procedía de una bomba.
No hubo ningún herido como consecuencia de la explosión.
Alemania es un cementerio de bombas de la Segunda Guerra. Suelen encontrarse en excavaciones de obras en las ciudades, obligando a evacuar barrios enteros, para poder removerlas y detonarlas.
También ocurre, como en el caso del campo de Limburgo, que exploten por sí solas. Esto, según las autoridades, se produce al menos una vez al año en Alemania.
Y no solo ocurre en Alemania, en agosto del año pasado unos obreros que trabajaban en la remodelación de una de las pistas del aeropuerto de Bruselas se encontraron con una de estas "chicas" durmientes.
La bomba estaba bajo la pista nueve del aeropuerto de Bruselas y fue desactivada durante la noche por una unidad de artificieros que no tuvieron que hacerla explotar.
Bruselas, como el resto de Bélgica y muchas otras zonas de Europa que fueron escenario de batallas en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, están tan acostumbradas a estos sucesos que las noticia del hallazgo de bombas de esos conflictos apenas ocupan un lugar en los medios.
Alemania es el país que más vive estas desactivaciones de artefactos de la Segunda Guerra Mundial.
Fuente: DPA y Clarín