El líder de la derechista Liga Norte, viceprimer ministro de Italia y también ministro del Interior, Matteo Salvini, indignó al país al anunciar que quiere saber cuántos son los gitanos que viven en el país para expulsar a los que no hayan nacido en Italia Salvini lamentó que a los gitanos italianos “hay que quedárselos”.
Su propuesta generó una condena casi unánime a la que se sumó la Iglesia, una denuncia penal por parte de la oposición, y también sus socios de gobierno, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el primer ministro Giuseppe Conte.
Luigi Di Maio, líder del M5E y también vicepremier junto a Salvini en el gobierno de coalición rechazó la propuesta y consideró que cualquier hipótesis de censo, registro o reconocimiento era contraria a la carta magna italiana. “Si una cosa no es constitucional no se puede hacer”, afirmó.
“Esto es demasiado. Supera todos los límites”, le dijo por su parte el primer ministro, Giuseppe Conte, quien le manifestó “así no vamos a gobernar, debes rectificar”.
“Censo de los gitanos y control de los dineros públicos gastados. Si la propuesta es de izquierda va bien, si lo propongo yo es racismo. Yo no me doy por vencido y sigo adelante. Primero los italianos y su seguridad”, escribió Salvini en su cuenta de la red social Twitter junto a un artículo que recordaba que en el 2012 dos consejeros del Partido Demócrata recomendaron en un informe censar a las familias gitanas
Aunque no existen cifras oficiales, se cree que hay entre 120.000 y 180.000 personas de esta comunidad, la mayoría con nacionalidad italiana.
Más criticas y denuncias
La Iglesia católica también se manifestó y afirmó: “ciertas afirmaciones son contrarias a nuestra fe. Decir ‘nosotros los expulsamos’ es exactamente lo contrario al concepto cristiano de acogida”, dijo el director de Cáritas de Roma, monseñor Enrico Feroci, citado por el diario Il Messaggero.
La propuesta de Salvini también genero una denuncia por “instigación al odio racial”, presentada por el diputado de la fuerza de centroizquierda Libres e Iguales, Roberto Speranza. “Ahora basta. Salvini insiste incluso hoy (por ayer) con el censo de gitanos. Para mí no alcanzan más las palabras. Por eso decidí denunciarlo bajo la ley Mancino 654/75”, aseguró Speranza.
Carlo Stasolla, presidente de la Asociación 21 de Julio, un grupo que lucha por los derechos de los gitanos, por su parte, dijo: “El ministro del Interior no parece conocer que un censo basado en etnicidad no está permitido por ley”.
El ex primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, rechazó tanto las políticas de Salvini contra inmigrantes y gitanos como el derecho a la legítima defensa que abandera el ministro del Interior.
“Antes de ayer los refugiados, hoy los gitanos, mañana las pistolas para todos. qué agotador es ser malvado”, tuiteó Gentiloni.
“El camino desde un censo a un campo de concentración es corto. Salvini aparentemente decidió celebrar el aniversario número 80 de las leyes raciales”, manifestó por su parte Chiara Gribaudo, diputada del partido de Gentiloni, haciendo referencia a la era de Mussolini.
El senador del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) Franco Mirabelli consideró que “hablar de censos raciales trae a la mente recuerdos atroces” y pidió a Salvini que “precise sus afirmaciones”, porque la mera sugerencia “de una especie de limpieza étnica es inaceptable”.
Los gitanos italianos
Según una leyenda, cuando los campesinos centroeuropeos vieron alrededor de 1200 acercarse por los caminos largas caravanas de carretas huyeron despavoridos. Se mantenía en ello el recuerdo por tradición de los hunos de Atila, muchos siglos antes, y de las devastaciones que provocaron. Pero estos orientales, si es cierto que los gitanos eran originariamente chandalas de la costa india del Malabar, no era hunos ni venían en son de guerra. Eran los primeros gitanos que pisaban Europa. En Italia los gitanos son una población muy antigua, llegaron alrededor de 1300 por los Balcanes La mayoría se quedaron en el sur de Italia, muchas hablan su idioma, el romaní mezclado con dialectos locales. Hubo después varias inmigraciones de gitanos a Italia, la primera a principios del siglo pasado desde Istría y Eslovenia y luego otra desde la ex Yugoslavia.
La mitad de los gitanos de Italia son ciudadanos italianos y la otra mitad son rumanos y búlgaros. Como buenos nómades, los únicos subsistentes después de que los sedentarios los acorralaron los mataron en un genocidio silencioso que no tuvo relatores, muchos no tienen patria, que era un concepto difícil de entender para un nómade. Además, sus papeles personales ya no existen en los países por donde pasaron antes, de modo que no pueden reclamar al estado italiano la ciudadanía ni la condición de apátrida.
La mayoría de los gitanos italianos son ciudadanos de facto pero sin papeles oficiales como la tarjeta de identificación
El holocausto gitano
Los nacionalsocialistas consideraban a los "Zigeuner" una raza inferior, que llevaba la criminalidad en el ADN. Medio millón de ellos perecieron en las cámaras de gas en un holocausto que pocos recuerdan. Pero ellos mismos, pueblo vital y artista, lánguido y sentimental; eruptivo y exaltado, no quieren recordar esos hechos porque su cultura ancestral no recomienda mentar la muerte.