En el día que comienza su séptimo año de papado, Francisco le pidió que los católicos se unan "a las familias que sufren esta pandemia" del coronavirus.[{adj:9721 alignright}]
El papa Francisco pidió este viernes a los sacerdotes que "no dejen solos" a los fieles y, al referirse en el Vaticano a las respuestas de las instituciones para tratar de frenar los contagios del coronavirus, planteó que "las medidas drásticas no siempre son buenas".
"En estos días nos unimos a los enfermos, a las familias que sufren esta pandemia", planteó Francisco en su quinta misa matutina transmitida de manera consecutiva por streaming, tras la cancelación en toda Italia de los oficios religiosos hasta el 3 de abril por el avance del coronavirus.
"Quisiera también rezar hoy por los pastores que deben acompañar al pueblo de Dios en esta crisis: que el Señor les dé la fuerza y también la capacidad de elegir los mejores medios para ayudar", prosiguió Jorge Bergoglio, en el día en que se cumplen siete años de su elección como el Papa número 266 de la Iglesia católica.
"Las medidas drásticas no siempre son buenas, por esto rezamos: para que el Espíritu Santo dé a los pastores la capacidad y el discernimiento pastoral para que provean medidas que no dejen solo al Santo Pueblo de Dios", agregó el Papa en el Vaticano, con las iglesias de toda Italia cerradas y las misas y funerales suspendidos hasta el 3 de abril.
En medio de la difusión del virus, que ya causó más de 12.000 contagios y 1.000 muertes en Italia, el Vaticano instrumentó una serie de medidas para frenar la propagación, como la cancelación de las audiencias públicas del Papa y la transmisión por streaming de sus discursos para evitar aglomeraciones en la Plaza San Pedro.
Al mismo tiempo, los distintos dicasterios de la Santa Sede permanecerán "abiertos para asegurar servicios esenciales a la Iglesia Universal, en coordinación con la Secretaría de Estado", como forma de no detener la maquinaria vaticana, según informó en las últimas horas la Santa Sede.
Además, el limosnero Konrad Krajewski anunció que el Vaticano no cerrará los servicios de duchas para los pobres y seguirá repartiendo comida entre los más necesitados que duermen sin techo en Roma pese a la emergencia del coronavirus, si bien ha dispuesto nuevas modalidades de actuación entre los voluntarios por precaución.
"Respetando las reglas impuestas por la emergencia con inteligencia evangélica, continuamos yendo por las calles para dar de comer a las personas sin hogar. En estos días corremos el riesgo de pensar solo en nosotros mismos. Pero, ¿y los pobres? Para ellos es todo más difícil. No debemos y no podemos olvidarnos de tener la mano al que sufre y está solo", anunció la Limosnería en un comunicado.