El país báltico ofrece una recompensa de 214.000 euros por información sobre las más de 100 toneladas de peces muertos
El Gobierno de Polonia ha decidido recurrir a otros socios para tratar de detectar el origen de la grave contaminación que afecta al río Óder y que, según organizaciones ecologistas, es el mayor desastre medioambiental que sufre el país en años.
Las autoridades locales han enviado muestras de agua a laboratorios de Holanda, República Checa y Reino Unido, según ha informado a la ministra de Medio Ambiente, Anna Moskwa, después de que los bomberos polacos han terminado el recuento y han informado que en total han sacado más de cien toneladas de peces muertos del río Oder, que atraviesa Alemania y Polonia. «Nunca antes habíamos enfrentado una operación de este alcance en un río», ha descrito Monika Nowakowska-Drynda, de la oficina de prensa del Cuerpo Nacional de Bomberos.
La causa de la muerte de los peces no ha sido confirmada, aunque las autoridades polacas creen que lo más probable es probable que hayan sido envenenados. «Probablemente se arrojaron enormes cantidades de desechos químicos al río con pleno conocimiento del riesgo y las consecuencias», adelantó la semana pasada el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki. Moskwa, sin embargo, ha declarado después que «ninguna de las muestras analizadas hasta ahora ha mostrado la presencia de sustancias tóxicas« y que el gobierno también está investigando posibles causas naturales y, en particular, concentraciones más altas de contaminantes y salinidad como resultado de niveles más bajos de agua y altas temperaturas.Este cambio de opinión ha despertado suspicacias al otro lado de la frontera. Una tercera hipótesis de los investigadores polacos es que pudieron verterse al río aguas residuales industriales con un alto contenido de cloro. Para hacer visible su interés en llegar hasta el final en la investigación, el gobierno de Polonia ha ofrecido una recompensa de un millón de zlotis, unos 214.000 euros, por cualquier información que ayude a identificar a los culpables del desastre.
Los primeros informes de muertes masivas de peces fueron realizados por lugareños y pescadores polacos el 28 de julio. Funcionarios alemanes han a las autoridades polacas de no informar pertinentemente sobre la situación y han abierto su propia investigación. Lo primero que han logrado ha sido descartar el mercurio como la causa y ahora están examinando si otras sustancias altamente tóxicas o posiblemente un mayor contenido de sal en el agua podrían ser las responsables.
El presidente regional de Brandemburgo, Dietmar Woidke, ha solicitado nuevas muestras tomadas cerca de Lebus, en Märkisch-Oderland, despreciando las ya examinadas por Polonia, y el mal entendimiento entre los gobiernos polaco y alemán al respecto es cada día más evidente. Morawiecki afirma haberse enterado hace unos días de la catástrofe ambiental, pero Alemania sospecha que las autoridades de Polonia estaban al tanto desde finales de julio.
Durante dos semanas, sin embargo, Belín solo ha recibido informes de pescadores turistas preocupados. Cabe señalar que se trata de dos países vecinos de la Unión Europea, por lo que tales retrasos en la notificación de incidentes graves sorprenden, por decirlo suavemente, a las autoridades alemanas. Hasta el pasado domingo no tuvo lugar la primera reunión de la ministra de Medio Ambiente Verde, Steffi Lemke, con su homóloga polaca, Anna Moskwa, en Szczecin.
Asistió también el ministro de Infraestructura de Polonia, Andrzej Adamczyk. Se prometieron mejoras en la comunicación, pero la reunión de crisis no arrojó ningún resultado concreto y desde entonces el traspaso de datos ha, incluso, empeorado.
Fuente: ABC (España)