Este 27 de enero, en el que se conmemora el día internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, se registró la jornada de mayor tensión en lo que va del año entre Israel y Palestina.
Luego de que el ejército israelí difundiera imágenes de un operativo bélico en la Franja de Gaza contra presuntos depósitos de armamento del grupo terrorista Hamas, un ataque a una sinagoga finalizó con al menos ocho muertos y diez heridos, tres de ellos de gravedad. En las localidades israelíes cercanas a la Franja, sonaron las sirenas que alertan a la población para que busque refugio.
En horas de la tarde, un hombre descendió de su vehículo y abrió fuego contra la sinagoga, en el barrio de Neve Yaakov en Jerusalén. Tras disparar, el atacante regresó a su coche y emprendió la huida. Efectivos policiales lo identificaron e iniciaron una persecución, que acabó en un tiroteo y en el asesinato del agresor. Se presume que el hombre, de quien aún se investiga su vínculo con Hamas, condujo desde su residencia en el barrio de Shuafat, en la zona palestina de la capital israelí.
Los heridos fueron trasladadas al Hospital Hadassah Mount Scopus. El primer ministro Benjamin Netanyahu participará de una evaluación de la situación en el lugar del hecho en horas de la noche.
El ataque se da en un marco de conflictividad creciente. Este mismo jueves, el Ejército de Israel protagonizó una redada en horas de la mañana en un campo de refugiados de la ciudad palestina de Yenín, en Cisjordania, provocando 10 muertos y 16 heridos. El evento provocó una reacción inmediata en toda la región, donde se sucedieron masivas movilizaciones palestinas en protesta por el operativo. El cuerpo militar israelí justificó su accionar al indicar, en un comunicado, que su intención era "aprehender una célula terrorista de la Yihad Islámica”, pero su presencia desencandenó en un tiroteo donde quedaron involucrados civiles.
Horas después, en la mañana del viernes, un grupo de milicianos palestinos lanzaron desde Gaza dos cohetes, que fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro. El Ejército de Israel, que se encontraba en estado de alerta por el riesgo de que la tensión se incremente tras la violenta redada, respondió al ataque bombardeando el depósito desde donde las fuerzas palestinas habrían fabricado los cohetes.
Posteriormente, durante la misma jornada del viernes, el Ministerio de Defensa israelí registró otro ataque aéreo contra su territorio: cinco cohetes que provocaron únicamente pérdidas materiales. Ante esto llevaron adelante un segundo operativo, esta vez contra puntos en la Franja de Gaza y contra un supuesto campamente de entrenamiento de Hamas. La aviación de Israel, en total, lanzó 15 misiles en este segundo operativo, que fue difundido a través de la televisión israelí.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ordenó a sus fuerzas estar "preparadas para actuar, con una variedad de medidas ofensivas y objetivos de alta calidad, por si fuese necesario continuar la operación hasta restaurar la paz para los ciudadanos de Israel”. Además, afirmó que el ejército había asestado un "duro golpe" a los militantes palestinos de Gaza, en referencia al operativo del jueves.