El Parlamento Europeo aprobó hoy una extensión del sistema que pone precio a las emisiones de dióxido de carbono en la Unión Europea, un fondo “social” para la transición y la creación de un mecanismo para gravar las importaciones de hierro, acero, cemento, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno altas en CO2.
Reducir las emisiones
Los textos aprobados forman parte del paquete climático comunitario “Fit for 55” para reducir las emisiones de CO2 en la UE en 2030 en al menos un 55 por ciento respecto a los niveles de 1990, que en algunos aspectos fue revisado al alza tras el inicio de la guerra en Ucrania para agilizar el despliegue de renovables y reducir la dependencia del gas ruso.
Con la legislación ya aprobada se elevará de facto ese umbral desde el 55 hasta el 57 por ciento, una diferencia que “equivale a las emisiones anuales de Portugal”, subrayó en redes sociales el presidente de la comisión parlamentaria de Medioambiente de la Eurocámara, el liberal Pascal Canfin.
“Ha sido un voto crucial para la acción climática y el Pacto Verde Europeo. Estamos más cerca que nunca de finalizar ‘Fit for 55’ y poner a la Unión Europea firmemente en el camino hacia un futuro más verde”, declaró el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans.
Carbono en frontera
La iniciativa más novedosa es el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (Cbam, por su siglas en inglés), que fue aprobada con 487 votos a favor, 81 en contra y 75 abstenciones, validando así el acuerdo alcanzado el pasado diciembre entre el Parlamento Europeo, los Estados miembro y la Comisión Europea.
La medida busca que las compañías europeas que están sujetas a las normas climáticas del bloque y tienen que pagar por sus derechos de emisión de CO2 no estén en una desventaja competitiva frente a sus rivales de terceros países en los que las exigencias climáticas son menos ambiciosas.
En particular, este gravamen se aplicará a partir del 1 de octubre de 2023 -pero con un período transitorio donde las obligaciones del importador se limitarán a proporcionar datos sobre sus emisiones– a las importaciones de sectores como la siderurgia, la producción de cemento o fertilizantes, el sector del aluminio y la generación de electricidad, como propuso la Comisión.
Y se extenderá al hidrógeno, las emisiones indirectas en determinadas condiciones, determinados precursores, así como algunos productos intermedios, como tornillos y pernos y artículos similares de hierro o acero, como pidió el Parlamento.
Los importadores europeos de los productos afectados tendrán que obtener, primero, una autorización y, después, comprar los derechos de emisión de CO2 correspondientes al precio del carbono que se habría pagado si esos mismos bienes se hubiesen producido dentro de las fronteras del club comunitario.
Las exigencias se irán endureciendo gradualmente desde 2026 a 2034.
Comercio de emisiones
Ese nuevo mecanismo está muy ligado a la ampliación del sistema de comercio de emisiones de CO2 en la UE, el llamado ETS, que funciona desde 2005 y pone precio al dióxido de carbono liberado por unas 11.000 instalaciones industriales intensivas en consumo de energía.
La nueva normativa, adoptada con 413 votos a favor, 167 en contra y 57 abstenciones, mantendrá dentro del ámbito de ETS la aviación, incluirá el transporte marítimo pesado y reducirá gradualmente el volumen de derechos gratuitos de emisión de CO2 para llegar a cero en 2040 e incentivar así el cambio hacia tecnologías más limpias.
Actualmente, el precio de cada tonelada de carbono emitida ronda los 100 euros en el sistema ETS y la recaudación que genere ese mercado deberá destinarse a la acción climática.
La revisión del sistema incluye también la creación de un mercado paralelo, denominado ETS 2, que gravará el CO2 de los carburanrtes empleados para el transporte rodado y la calefacción de los edificios a partir de 2027.
Fondo Social
Los ingresos generados por el ETS 2 se destinarán al Fondo Social del Clima, que fue aprobado con 521 votos a favor, 75 en contra y 43 abstenciones y cuyo propósito consiste en aportar unos 86.000 millones de euros para ayudar a las familias vulnerables en la transición climática.
Todos los textos que validó hoy la Eurocámara -negociados previamente entre la Comisión, la Eurocámara y los Estados miembros- tendrán que ser ratificados también por el Consejo de la UE para su adopción formal.
“Juntos haremos de Europa el primer continente climáticamente neutral”, declaró en redes sociales tras la votación la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Fuente: Agencia EFE