El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva salió este sábado de la sede del sindicato metalúrgico de Sao Bernardo do Campo, donde se acuarteló para dilatar su ingreso en prisión.
Lula se instaló en la sede del sindicato, donde se forjó su carrera sindical y política, en la noche del jueves, después de que el juez Sergio Moro dictara un auto de prisión inmediata y le diera tiempo de entregarse hasta el viernes a las 17.
El exmandatario, que siempre ha reivindicado su inocencia, desafió al magistrado y se mantuvo en la sede sindical, arropado por la cúpula del Partido de los Trabajadores, familiares y amigos.
La misa se ofició en las puertas del sindicato, en homenaje a Marisa Leticia, la mujer fallecida de Lula, quien este sábado hubiera cumplido 68 años.
Los medios de comunicación de Brasil especulan con que, luego de asistir a la misa, Lula se entregará. El plazo inicial que tenía el exlíder sindical para presentarse ante la Policía se venció este viernes y, desde entonces, su situación se tornó mucho más incierta.
Según reportó la estatal Agencia Brasil, la defensa de Lula y la Policía Federal (PF) están llevando a cabo negociaciones desde hace varias horas respecto de las condiciones de la potencial entrega del expresidente, de 72 años.
Sobre la condena
Lula fue condenado en segunda instancia por corrupción en enero, en el marco de la megacausa conocida como "Lava Jato". El miércoles, el Superior Tribunal Federal (STF) le denegó un pedido de "habeas corpus" y al día siguiente el juez Sergio Moro, a cargo del caso, expidió una orden de detención en su contra.
El líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) y candidato en las elecciones presidenciales de octubre no acató la orden de Moro y se recluyó en el sindicato. La situación mantiene en vilo a todo Brasil desde hace varias horas.