No se conforman. Enfurecidos por la actuación de las autoridades en el caso del periodista Ivan Golunov, miles de personas han salido a la calle este miércoles en Moscú y San Petersburgo. El reportero, que fue acusado de tráfico de drogas a gran escala en un caso que olía a montaje, fue liberado el martes y exonerado de todos los cargos. Pese a esto, el hartazgo por una práctica que consideran común ha empujado a la ciudadanía a protestar contra los procesos fraudulentos y por la libertad de prensa. La marcha no autorizada se saldó con más de 200 detenidos en la capital rusa, según la policía.
Con el caso cerrado, los organizadores de la protesta y el propio Golunov habían pedido a la ciudadanía que no se manifestaran este miércoles, festivo en todo el país, que celebra el Día de Rusia. La movilización se preveía multitudinaria, y temían las cargas policiales y una riada de detenidos por manifestarse sin permiso. Pero la mayoría —incluidos aquellos que llamaron a no salir— no escuchó la petición. Y la marcha derivó en cargas y arrestos, con 520 detenidos según la organización especializada OVD Info. Entre ellos, el bloguero Alexéi Navalni, líder de la oposición extraparlamentaria. Y un buen puñado de periodistas.
“No nos conformamos. Han liberado a Golunov para que nos olvidemos, para que dejemos de protestar y nos callemos. Por eso no podemos permitirlo”, afirmaba tajante Irina, una socióloga de 28 años que se concentraba con un grupo de amigos frente a la sede del Ministerio del Interior de Moscú. Junto a ellos, dos chicas lucían camisetas en las que se podía leer en ruso “Golunov libre” y “Soy/Somos Ivan Golunov”. Pocos minutos después, la policía comenzaba a detener a todo aquel que mostraba alguna prenda con lemas en apoyo al informador. Algo que se ha convertido en una pequeña moda.
También al activista Dmitri Porótikov. “Salimos a la calle porque esto no solo es en apoyo a Ivan Golunov, sino contra todos los casos fabricados, orquestados por la policía, que utiliza los montajes con drogas para tapar la boca a los periodistas y activistas”, reclama. Estuvo más de siete horas detenido.
La indignación por el caso Golunov no se apaga. Y la ciudadanía ha desafiado a las autoridades. No esperaron al 16 de junio, cuando se había reconvocado la manifestación en solidaridad por el periodista detenido y en repulsa por la actuación policial; marcha que sí tiene autorización oficial. “Estamos aquí, somos muchos”, sonreía Galina Timchenko, la directora de Meduza, el medio donde trabaja Golunov, una de las que el martes había llamado a la calma. Pero conforme las redes sociales iban amplificando la movilización, más gente se acercaba al punto de reunión, en el centro de Moscú. Algunos con banderas de Rusia. Otros con patitos de goma amarillos, que tras un sonado caso se han convertido en un símbolo contra la corrupción en Rusia.
Ivan Golunov, que ha vivido una pesadilla desde que fue detenido la semana pasada, ya está en su casa. “Ahora tiene que comer, dormir, recuperarse, hablar con sus abogados”, explica la directora de Meduza. Pero muchos ciudadanos y activistas quieren que, con el ejemplo del informador, se abra un debate en Rusia sobre la libertad de prensa. Y sobre todo, acerca de los casos falsificados.
Delitos de drogas
La policía aseguró que había encontrado a Golunov con una importante cantidad de narcóticos. Y acusaron al informador, de 36 años —muy conocido por destapar casos de corrupción que implican a las élites de Moscú—, de tráfico de drogas a gran escala. Golunov y su entorno aseguraron desde el principio que todo era un montaje. El martes, tras días de movilización sin precedentes de la sociedad civil, el Ministerio del Interior informó de que se cerraba el caso. Y que la cúpula policial que había iniciado el proceso sería destituida.
Golunov ha tenido el enorme apoyo de los medios y de rostros muy conocidos. Escritores, periodistas, raperos, comediantes, actores. Muchos, de la escena independiente. Algunos estaban este miércoles en las manifestaciones de Moscú, como la cantante de Pussy Riot Maria Aliójina o los integrantes del famoso grupo ruso IC3PEAK. Pero este caso ha sido llamativo también porque ha movilizado a gente muy influyente de la órbita del Kremlin. “Quiero vivir en un país donde no hay miedo. No quiero tener miedo”, reclama en un vídeo en el que se exigía la libertad de Golunov la actriz Chulpan Khamatova, conocida por su respaldo al presidente Vladímir Putin.
En los últimos años ocho activistas y periodistas han sido acusados y procesados por el mismo delito de drogas que Golunov. Y más allá: Alexéi Knorre, profesor de Estadística Criminal de la Universidad Europea de San Petersburgo, ha realizado una densa investigación sobre montajes policiales. Estima que se han falsificado 40.000 casos vinculados con las drogas en una década en toda Rusia, según el estudio citado por el diario Novaya Gazeta. Sin embargo, solo hay cuatro condenas a policías e investigadores por “plantar” narcóticos para incriminar a los acusados. Más de 100.000 personas son procesadas anualmente por casos relacionados con narcóticos en el país euroasiático. Las organizaciones de derechos civiles afirman que un porcentaje nada desdeñable son casos falsos, aunque no tienen cifras.
“El caso Golunov no cambia el sistema”, critica Igor Yasin, cofundador del sindicato independiente de periodistas. Y añade. “Esta es solo una pequeña cesión ante la presión social sin precedentes, pero hay que seguir poniendo bajo el foco lo que está sucediendo para evitar que esta fábrica de acusaciones fabricadas desaparezca”.
Fuente: El País