En el Estado de México, el Cerro Pelón en los municipios de Donato Guerra y San José Villa de Allende, así como en el Cerro Altamirano en Temascalcingo, son espacios a los que cada año llegan las mariposas monarca; este 2021 presentaron una disminución de su población de 25 por ciento, afirmó Mariluz Anaya, Bióloga e investigadora de la Autónoma mexiquense.
Detalló que se trata de un fenómeno derivado del cambio climático, de la explotación agrícola del suelo, el crecimiento de la mancha urbana, la deforestación y menos acceso al algodoncillo del que se alimentan.
“En el estado una de las principales amenazas tiene que ver con la reducción del hábitat; por deforestación o degradación ambiental, también sobre las condiciones climáticas que encuentran en su migración”.
Mariposas Monarca, importantes para la ecología
La especialista aclaró que las mariposas cumplen un papel ecológico fundamental; ayudan al reciclaje de nutrientes, son importantes polinizadores e indispensables en las cadenas tróficas.
“Aunque pensemos que son efímeros o pequeños; en realidad juegan un papel muy importante en la salud de los ecosistemas. Por ello si disminuye su población afecta otros organismos que dependen de ellas”.
El Estado de México, dijo, es propicio para recibirlas ya que se ubican en el eje Neovolcánico donde se dan diversos microclimas que favorecen la instalación de las mariposas monarca en los bosques de oyamel; donde encuentran condiciones adecuadas para lograr su ciclo de vida, por ello se deben resguardar estas zonas.
Mariposas Monarca vienen de EE.UU. y Canadá
“Viajan desde Canadá y Estados Unidos a México donde están de noviembre a marzo para hibernar; por ello requieren plantas de algodoncillo para llevar a cabo todo su ciclo de vida y en los bosques de oyamel también se encuentran”.
Dado el daño causado por la mano humana, instó a la sociedad a reflexionar sobre el papel que juegan estos organismos para la vida como se conoce, a informarse y aportar a cuidar el entorno y los espacios naturales.
“No asumimos el efecto y magnitud de estas amenazas para el ecosistema o para los organismos, por eso creo que la cuestión no es cómo ayudamos a que no disminuya su población, sino enfocarnos en cómo no afectarlos”.
Fuente: Jornada (México)