Alexéi Navalni, líder de la oposición, fue ingresado a un hospital por una aparente alergia que surgió en la cárcel. Sus médicos informaron que había sido intoxicado con una sustancia química.
El principal líder de la oposición extraparlamentaria rusa, Alexéi Navalni, afirmó este lunes que no es alérgico y que sospecha que pudo haber sido envenenado en la cárcel, pero no por sus carceleros.
Navalni escribió en su blog que, recordando a otros opositores envenenados, se preguntó: ¿Puede ser que también me hayan envenenado?
"¿Entró alguien además de los celadores a mi celda? Descarto que me envenenasen los policías, estaban más impactados que yo con mi aspecto y con lo que me sucedía" tras hincharse sus ojos y tener los párpados como "pelotas de ping pong y el cuello rojo", entre otros síntomas, según relató.
Navalni fue ingresado este domingo en un hospital, donde le diagnosticaron una "dermatitis de contacto".
Su doctora personal, Anastasía Vasilieva, señaló no obstante que el político había sido intoxicado con una "sustancia química" no establecida.
El opositor negó categóricamente padecer de alergias y señaló que ya se solicitaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de su celda para ver si alguien pudo acceder a sus pertenencias en su ausencia.
Según Navalni, que ha sido detenido entre "nueve o diez" veces, en todo el tiempo de sus reclusiones solo acudió al médico una vez, cuando se enfermó y tuvo fiebre.
"Mi ropa de cama es mía. Es de mi bolso para la cárcel, que siempre está listo. Allí también está el jabón, la pasta de diente y lo demás. Utilicé todo eso dos semanas atrás" cuando estaba cumpliendo una condena de 10 días, escribió.
El opositor comenta que en la tarde del sábado comenzó a sentir los primeros síntomas, cuando sus compañeros de celda le señalaron durante el paseo por el patio de la cárcel que tenía el cuello rojo. Posteriormente comenzó a sentir escozor en la frente y alrededor de los ojos.
Durante la noche sentía la piel como si le hubiesen "frotado con lana de vidrio", y fue el primer momento en que sospechó haber sido envenenado.
Al despertar en la mañana, recuerda Navalni, un compañero de celda se sorprendió al verle y le dijo que llamase al médico. La enfermera que lo vio también se asombró y llamó inmediatamente a la ambulancia.
Los médicos de urgencia inmediatamente le inyectaron antihistamínicos y prednisolona para bajar la inflamación, y le trasladaron al hospital.
El líder opositor se preguntó cómo podía haber alguien intentado envenenarlo en un lugar en el que todos sospecharían de las autoridades.
Navalni se respondió a sí mismo al afirmar que en Rusia el poder está en manos de fulanos "bastante obtusos y tontos".
"A ustedes les puede parecer que en sus acciones hay que buscar un sentido oculto y un grano de raciocinio. Pero en realidad solo son obtusos, malvados y han perdido el juicio por el dinero", concluyó.
Tras permanecer algo más de 24 horas en el hospital, Navalni fue dado de alta este lunes por los médicos y enviado de vuelta a la cárcel.