La renuncia a la reelección como presidente de Estados Unidos por parte de Joe Biden dejó abierta la puerta a su actual vice, Kamala Harris, para ser la candidata demócrata para enfrentar a Donald Trump el próximo 5 de noviembre. Aunque su nombre no es el único que suena.
Hija de inmigrantes, su padre de origen jamaiquino y su madre llegada desde la India, fue la primera mujer negra en ser elegida como fiscal general en California. Se reconoce como una feroz defensora de la reforma policial y la justicia social.
La vicepresidenta se desempeñó desde 2004 hasta 2011 como fiscal en San Francisco. Luego fue electa dos veces fiscal de California (2011-2017) y se convirtió en la primera mujer en dirigir los servicios judiciales en el estado de California.
En su cargo, se negó a defender la Proposición 8 del estado, que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo, que luego fue anulada por la Corte Suprema de Estados Unidos.
Sin embargo, Harris se hizo conocida a nivel nacional dentro del partido Demócrata en 2016, cuando se convirtió en la primera mujer de origen multirracial elegida en el Senado por California y criticó las políticas de inmigración del entonces presidente Trump.
En 2017 fue elegida para ocupar un escaño en el senado, lo que la posicionó como la única mujer afroestadounidense con un cargo dentro de la cámara alta del Congreso de Estados Unidos.
Por ese entonces, Harris presionó para lograr un acuerdo que proteja de la deportación a aquellos inmigrantes que llegaron al país sin documentos cuando eran niños, un grupo conocido como los Dreamers (Soñadores).
Además, presentó un proyecto de ley para dar a las familias de bajos ingresos pagos en efectivo y créditos fiscales para ayudar a combatir el estancamiento salarial y el aumento de los costos de la vivienda, y fue una firme defensora de las reformas de la justicia penal.
Como senadora demócrata fue crítica con el gobierno de Trump y participó de las manifestaciones por el racismo y la brutalidad policial tras la muerte de George Floyd.
También exigió una reforma policial en el Congreso y apoyó la protección para los inmigrantes indocumentados y la reducción de impuestos para las clases media y trabajadoras.