Aunque de manera más leve, las emisiones de CO2 siguen aumentando en 2019, según un informe conocido este miércoles en la COP25. Ambientalistas locales critican los subsidios al yacimiento de Vaca Muerta y el lento avance de las fuentes renovables.
A contramano de lo que demanda la crisis climática, en 2019 nuestra civilización volverá a aumentar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero responsable del calentamiento global.
El incremento es del 0,6 por ciento, según un informe del The Global Carbon Project. Esta alza se da a pesar de la disminución del consumo de carbón, el combustible fósil más sucio. El aumento se debe a una mayor quema de gas natural y de petróleo.
Se trata de un crecimiento más lento que el de 2018. En 2017, el aumento fue de 1,5 por ciento y de 2,1 por ciento en 2018. El menor crecimiento económico también ha contribuido a esta tendencia.
El informe se dio a conocer este martes en la Cumbre sobre Cambio Climático de la ONU (COP25), que se llevará a cabo en Madrid hasta el viernes 13.
En el encuentro, las naciones aspiran a lograr un acuerdo para mejorar las contribuciones voluntarias de reducción de emisiones dentro del marco del Acuerdo de París que entrará en vigencia en 2020.
La concentración de CO2 atmosférico alcanzó un promedio récord de 407,4 partes por millón en 2018 y se prevé que aumente en 2,2 ppm en 2019. El nivel seguro de concentración para evitar el colapso climático es de 350 ppm.
Los científicos afirman que las políticas gubernamentales actuales no son suficientes. El reciente crecimiento de las tecnologías de baja emisión de carbono (solar, eólica, vehículos eléctricos), en el mejor de los casos, sólo ha ralentizado el crecimiento de las emisiones mundiales de combustibles fósiles.
Los expertos apuntan que aún no se ha logrado reducir las emisiones de manera agresiva, la medida necesaria para evitar un calentamiento global muy por debajo de los dos grados, como ha sido establecido por el Acuerdo de París.
The Global Carbon Project es un proyecto de investigación internacional dentro de la iniciativa de investigación Future Earth sobre sostenibilidad global, y un socio de investigación del Programa Mundial de Investigaciones Climáticas.
Sube el gas
- Las primeras estimaciones sugieren que las emisiones de CO2 procedentes del uso del carbón disminuirán un 0,9 por ciento en 2019.
- Las emisiones de CO2 procedentes del consumo de petróleo aumentarán un 0,9 por ciento y las de gas natural, un 2,6 por ciento.
- Los incendios de deforestación también aumentan las emisiones de CO2 en 2019 debido a los incendios en la Amazonía y en otras regiones.
- Las emisiones de la Amazonia serán más altas en 2019 que en años recientes, pero más bajas que en la década de 1990 y que a principios de la década de 2000.
- En orden, los cinco países que más emiten son China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón.
- De América latina, México se ubica en el puesto 12; Brasil, en el 14, y Argentina, en el 32.
La matriz argentina
Pero Argentina está lejos de marcar el camino. En su discurso en Madrid, el presidente Mauricio Macri aseguró que el ocho por ciento de la energía que hoy produce Argentina proviene de fuentes renovables.
Algunos ambientalistas cuestionaron esa cifra, la cual estaría más cerca del seis por ciento. Aún más, la meta a la que el país se había comprometido llegar para 2019 es un lejano 12 por ciento.
En su discurso, Macri también vaticinó que, para 2040, Argentina tendrá una matriz “libre de emisiones”. María Di Paola, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), aseguró que esa afirmación no es acertada.
Vaca Muerta
La ambientalista, que está participando de la COP25 en Madrid, advirtió que el pronóstico contradice su propia política en esta materia que se ha encargado en apoyar a Vaca Muerta, un enorme yacimiento de gas y de petróleo no convencionales.
Di Paola explicó que su explotación es subsidiada por el Estado nacional. “Argentina está dando el 0,5 por ciento de su presupuesto a empresas privadas que están en este yacimiento”, indicó.
Y agregó: "Para avanzar en una matriz sin emisiones, claramente no se puede avanzar con proyectos extractivos de combustibles fósiles como Vaca Muerta o con adjudicaciones para la extracción offshore", insistió.
Para Di Paola, Vaca Muerta es vendida como una fuente de generación de dólares fácil a corto plazo, pero hay que ser conscientes de los problemas a corto, mediano y largo plazo.
“El agua se contamina, se producen movimientos sísmicos, y la alta toxicidad provoca el desplazamiento de las producciones locales y afecta los derechos de las comunidades originarias que no son consultadas”, indicó.
Con el nuevo gobierno de Alberto Fernández, tampoco hay señales de que se vaya a abandonar el modelo extractivo de Vaca Muerta, sostiene la especialista.
Fuente: La Voz del Interior.