A días de finalizar su gestión, el intendente Adán Bahl presentó un balance de las cuentas de la Municipalidad. “Nos hicimos cargo de un municipio endeudado, quebrado, que casi no podía prestar los servicios más básicos. Y lo ordenamos, financiera y administrativamente, para transformar la ciudad”, sostuvo.
Durante la gestión, afirmó, se redujo la planta municipal en casi dos mil empleados, incluyendo la eliminación de 60 cargos políticos. Esto implicó “una considerable baja de la participación de la partida personal dentro del presupuesto municipal”, pasando de representar el 55 por ciento de las erogaciones en 2019 al 33 por ciento en el ejercicio actual. “Y lo hicimos sin un sólo paro sindical, sin un sólo juicio laboral. Haciendo las cosas bien, que fue para lo que nos votaron”, explicó e informó que esos fondos pudieron destinarse a obras y equipamientos para mejorar la calidad del servicio municipal.
“Hoy, más del 50 por ciento del presupuesto local se destina al desarrollo de infraestructura, la compra de maquinaria y el impulso económico de la ciudad, cuando en el 2019 estos rubros sólo representaban un 29 por ciento del total”, indicó.
En ese sentido, dijo que el ordenamiento del municipio “no fue en detrimento del salario del trabajador”. Por el contrario, remarcó, “hubo una recuperación del 21 por ciento del salario mínimo garantizado”. Y argumentó: “Porque el problema nunca es el trabajador municipal, engranaje esencial de la vida en la ciudad, sino la utilización del empleo público como chequera de campaña. Un problema al que le pusimos fin con la sanción de la ordenanza 9935 que prohíbe el pase a planta o a servicio de empleados durante el último año de gestión. Una ordenanza que fui el primer intendente en cumplir”.
Luego, Bahl remarcó que estos objetivos se cumplieron “sin suspender el pago de un solo salario ni amenazar con recortes a los vecinos o a los trabajadores del Estado. Porque eso es lo que caracteriza a un buen administrador público y lo que lo distingue de uno malo”. Y añadió: “Demostramos que los verdaderos cambios no se consiguen con declaraciones altisonantes y medidas improvisadas sino con trabajo, trabajo y más trabajo”.
A modo de cierre, el Intendente destacó haber desarrollado, gracias a este ordenamiento, la transformación de la ciudad mediante la obra pública, la prestación de servicios con eficiencia, el fortalecimiento de la producción a través de la inversión en turismo, cultura y el acompañamiento a los sectores productivos, y la inclusión de una mirada sostenible y ambiental en las políticas públicas, entre otras acciones.
“Valoremos lo que somos, nuestra identidad. Y sigamos transformando juntos Paraná”, concluyó.