
En el día mundial del Síndrome de Down, Analía D´Agostino, representante legal de la Asociación Paranaense de Síndrome de Down (Aspasid), detalló a AIM aspectos del funcionamiento de esta señera institución y destacó que a los jóvenes “tratamos de seguir acompañándolos en toda su trayectoria de vida”.
El 7 de octubre “se cumplen 30 años de la fundación de la institución, que primero empezó como talleres, cursos de capacitación laboral a contraturno de la escuela de los jóvenes. Está destinada a jóvenes a partir de los 14 años, pero la población de tiempo atrás eran muchachos más grandes. El objetivo era tener un espacio donde las familias se pudieran reunir y tener una opción para estos jóvenes”, indicó Analía D´Agostino a esta Agencia.
Actualmente, “somos un centro educativo con media jornada, dividida en dos turnos, a la mañana va el turno pedagógico que está constituido por dos grupos de espacios educativos múltiples (EMM) y de orientación vocacional ocupacional (OVO); por la tarde, hay dos grupos de adiestramiento a una capacitación laboral”.
Allí, explicó D´Agostino, “la parte de comunicaciones está dirigida hacia lo deportivo, lo periodístico, que a los jóvenes los atrae mucho y los engancha a trabajar”.
A Aspasid “le corresponde la nominación de Educación Privada Especial (Epei), está constituida por un equipo directivo; otro técnico con psicopedagoga, psicóloga, acompañante terapéutica, trabajadora social. Los equipos trabajan de forma paralela en beneficio de los jóvenes, ellos pueden acceder a tener entrevistas con el equipo técnico en cuanto a alguna necesidad en particular o situación que se presente en lo cotidiano, también las familias pueden solicitarlo. En cuanto al equipo docente, están reconocidos por el Consejo General de Educación, y tenemos otros contratados, pagados por la comisión directiva”.
Al no haber ingreso de dinero en forma efectiva para el pago de gastos de mantenimiento, “hemos implementado a partir de la semana pasada un sistema por el que se puede colaborar con una cuota mínima de seis mil pesos que va por débito automático”.
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“Los chicos tienen clases en la parte áulica, además educación física, artística, danza y teatro. Se trabaja en forma coordinada entre los docentes. Tienen también el manejo de salir a la ciudad, de incorporarlos a la vida cotidiana, al uso de transporte, de poder tener autonomía, ir a un supermercado y comprar lo que desean, tener noción de lo que pueden comprar o no con el dinero. Trabajamos permanentemente en que la inclusión sea una realidad; sabemos que no es fácil la inclusión, la empatía”, sostuvo D´Agostino.
Relató que cuando los chicos “han pasado por todos los estadios de la institución se evalúa si están preparados para seguir más adelante fuera de la institución, se van haciendo las coordinaciones con posibles trabajos. Tratamos de seguir acompañándolos en toda su trayectoria de vida”.