“Juan Carlos, astronauta. El primer entrerriano en el espacio”, es el nuevo libro de Pablo Felizia, quien relata para AIM las vicisitudes por las que debe atravesar el personaje. La presentación se realizará el 29 de junio, en la Casa de la Cultura. Además, al celebrarse mañana el Día del Escritor en Argentina, reflexiona sobre este oficio.
“Una tarde, mientras volvía del supermercado, me puse a pensar cómo sería la vida si hubiera cumplido el sueño de mi niñez: ser astronauta o carnicero. Y me vi en el espacio, tomaba mates y me enojaba porque la yerba se volaba por la gravedad”, relata Pablo Felizia, autor de “Juan Carlos, astronauta El primer entrerriano en el espacio”.
“Es la historia un muchacho que estudió en la Bazán y Bustos y, junto a sus compañeros, le escriben una carta a la Nasa” y esta “le responde sólo a uno, a él y desde entonces dice que quiere ser astronauta. Mucho tiempo después, jugando para Sportivo Urquiza ¡hace un golazo de cabeza! ¡El gol es filmado, el gol se viraliza!, llegan los medios y le preguntan, ¿cuál es tu sueño?, para que él diga jugar en la selección y salir campeón del mundo”, pero les responde “no, yo quiero ser astronauta, ¡astronauta o nada!”, relata apasionadamente Felizia para AIM.
Esto “genera la broma, el bullying en las redes sociales, porque él quiere ser astronauta. Alguien arroba a la Nasa, esta se entera y dice ¿por qué no?”. La cadencia de las palabras del autor nos atrapan y seguimos dejando volar la imaginación por las páginas del libro: “Y Juan Carlos es astronauta; pero en la nave espacial es el que limpia, el ordenanza, el que tira la basura, el que limpia los cristales”, así transcurre la historia viajando a Marte, “donde él interactúa sin dejar de ser entrerriano en ningún momento. Discute la cantidad de kilos de yerba que hay que llevar para cinco años de misión”.
“Esa es la historia de Juan Carlos, con un final inesperado que dice mucho y que hace repensar todo el libro”, que será presentado el 29 de junio en la Casa de la Cultura a las 20.30.
La ilustración de tapa es de Mario Daniel Milocco artista plástico de nuestra ciudad; el diseño es de César Heinitz y la edición es de Ana Editorial.
“Siempre entendí que los artistas eran como astronautas y es una metáfora del libro: el costo que tiene a veces cumplir los sueños; por qué hay que irse de la ciudad, de la provincia para poder cumplir tus sueños, en este caso el de ser astronauta”.
Felizia de niño, quiso ser astronauta o carnicero; de grande “escritor es lo que soy y lo que hago todos los días: organizar el día para sentarme a escribir, desde hace muchos años. Con el tiempo fui encontrándole la vuelta para poder vivir de lo que me gusta que es escribir. Por eso, desde finales de 2016 fundamos Ana Editorial junto a otras personas para poder hacer libros: porque es lo que amo hacer y lo que soy”.
“Para mí escribir es como un juego, es el momento en que me siento libre, me siento bien, me hace sonreír y salir a luchar; a su vez, es una necesidad permanente y constante: si no escribo siento que me muero, que no soy”.
Al celebrarse mañana el Día del Escritor en nuestro país en honor al nacimiento de Leopoldo Lugones, fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade), Felizia reflexiona sobre este oficio: “es usar las palabras como herramientas. Siempre entendí que si la literatura está en manos de los poderosos es muy probable que juegue un papel para que todo siga exactamente igual; pero cuando está en las manos de nuestro pueblo juega un papel diferente, transformador, y por eso he peleado siempre”.