Una publicación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) sobre sistemas fotovoltaicos, con base en informes de entes gubernamentales, experiencias locales y proyectos de investigación en curso; concluye que a pesar de la incipiente participación de las energías renovables en la matriz energética de las provincias de la región, los prototipos instalados denotan un funcionamiento óptimo y tornan necesarias estrategias de instalación de equipos en viviendas y edificios del noreste argentino.
Se trata de una investigación de la ingeniera Virginia Gallipoliti, docente de la Cátedra Instalaciones II de Arquitectura, y también de Ciencias Exactas.
Una de las tecnologías energéticas renovables más importantes para la producción de energía eléctrica es la correspondiente a los sistemas solares fotovoltaicos, la cual se basa en la transformación directa de la radiación solar en energía eléctrica, mediante el efecto fotovoltaico.
La tecnología fotovoltaica en Argentina, como aprovechamiento solar renovable, se utiliza en una muy variada cantidad de aplicaciones, fundamentalmente en regiones donde la red eléctrica convencional no está disponible o en regiones remotas donde la extensión de la red eléctrica es demasiado costosa.
Pero aún es bajo el aporte energético proveniente de la generación de energía solar fotovoltaica en el sector residencial de zonas urbanas, pese a que el sector residencial consume un porcentaje importante de la energía primaria total producida en el país.
En esa línea, la publicación “Contexto y Pautas de Intervención de Tecnología Fotovoltaica en Edificios de la región NEA”, hizo una recopilación de los principios básicos de la integración de los sistemas fotovoltaicos en edificios, proporcionando una visión global del concepto para futuras instalaciones en la región NEA.
A la vez realiza una mirada sobre el contexto actual de los aspectos políticos, normativos, sociales y de infraestructura en la región, para estimar la viabilidad de implementar programas que promuevan esta tecnología de generación de energía renovable.
La publicación, incluida en la Revista “Arquitecno” número 14 de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Unne, fue realizada por la Mgr. Ing. Virginia A. Gallipoliti, docente de la Cátedra Instalaciones II de esa unidad académica, y además docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Unne.
Para el informe, se tuvo como material de consulta los diversos informes emanados de entes gubernamentales nacionales e informes internacionales, experiencias locales, extranjeras y proyectos de investigación en curso de organismos nacionales.
La autora comentó que en especial se incluyen experiencias desarrolladas y conocimiento generado por distintos grupos de investigación de la Unne que trabajan en la temática y que pertenecen a las facultades de “Arquitectura y Urbanismo” (FAU), “Ingeniería” (FAI) y “Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura” (FaCena).
“A pesar de la incipiente participación de las energías renovables en la matriz energética de las provincias de la región, el potencial en recursos renovables es alto lo que conlleva a avanzar hacia la ampliación de la generación eléctrica, que representa un gran desafío logístico y de gestión para los gobiernos actuales” expresó la ingeniera Gallipoliti.
Comentó que la intención del escrito fue recopilar información respecto al contexto actual de la generación fotovoltaica, con énfasis en la región NEA, en vista de la importancia que revisten las energías alternativas como aporte al déficit del sistema eléctrico convencional, en especial en épocas de gran demanda.
Al respecto, indicó que los prototipos instalados en edificios denotan un funcionamiento óptimo generando energía y sirviendo a modo demostrativo por encontrarse en edificios públicos de gran convergencia de actores decisores del desarrollo local.
Señaló que, de las experiencias analizadas, surge la necesidad de implementar estrategias “pasivas” en viviendas y edificios del NEA, lo que corroboran el concepto de que la mejor fuente de energía es el ahorro.
Consideró que actualmente toda nueva edificación y reforma/rehabilitación debería incorporar la adopción de fuentes de energía renovables, tanto para el abastecimiento de energía eléctrica (fotovoltaica, térmica solar) como para calefacción y calentamiento de agua (calefones solares).
Por otra parte, la integración de generadores fotovoltaicos en la envolvente de los edificios aportaría a solucionar el diseño arquitectónico en lo que respecta a controlar la radiación directa a través de sus paramentos (paredes y techo) con la colocación de estos “paños” generadores.
“Existen excelentes recursos renovables en la región, buen capital humano, déficit de energía a cubrir y necesidad de diversificar la matriz energética, lo que representan cuestiones más que suficientes para la difusión y concreción de estas obras, sin mencionar el aporte económico que resultará de la venta de energía de cada usuario a la distribuidora local, cuando se trate de generación distribuida” manifestó la ingeniera Gallipoliti.
El sistema energético del país
Sobre el contexto energético de Argentina, en la publicación se expone que la situación energética del país se ha venido deteriorando en las últimas décadas, al punto tal de que se ha perdido la capacidad de autoabastecimiento.
La tecnología fotovoltaica en Argentina, como aprovechamiento solar renovable, se utiliza en una muy variada cantidad de aplicaciones, fundamentalmente en regiones donde la red eléctrica convencional no está disponible o en regiones remotas donde la extensión de la red eléctrica es demasiado costosa.
Sin embargo, el sector residencial consume un porcentaje importante de la energía primaria total producida en el país. El consumo de energía eléctrica crece significativamente y los picos de consumo en el verano generalmente exceden los picos de consumo invernales.
Los sistemas fotovoltaicos integrados a edificios se configuran como pequeños generadores de energía dispersos en áreas urbanas y presentan varias ventajas, entre las que se encuentran la de no necesitar espacio adicional para su instalación, no requerir inversiones adicionales para infraestructura, tiene bajo costo de montaje y mantenimiento, y no producen contaminación ambiental.
Se puede concretar como un sistema de generación para uso exclusivo del edificio con elementos de almacenamiento (baterías) para periodos sin electricidad, o también puede aportar el excedente que no utilice a la red eléctrica de la comunidad.
La implementación de Sfcr (sistemas fotovoltaicos conectados a red) permite mejorar significativamente la calidad de energía en aquellas redes que se encuentran sobrecargadas por el aumento en el consumo y que han sido dimensionadas sin considerar la creciente demanda de energía eléctrica.
Por lo tanto, el uso de Sfcr de esta manera, limita la necesidad de realizar grandes obras civiles para redimensionar la red de baja Tensión existente.
Desarrollos de Sfcr
La tecnología de generación eléctrica a través sistemas fotovoltaicas ha tenido amplio desarrollo y gran penetración en países de la unión europea como Alemania, España e Italia y más recientemente en el continente asiático, en particular China y Japón.
En Latinoamérica en cambio, el proceso de incorporación de sistemas FV a la matriz energética está en sus albores, con una marcada tendencia hacia la instalación de grandes centrales de generación.
En Argentina, el programa Genren implementado en 2010, adjudicó contratos de abastecimiento con Fuentes Renovables de Energía con el objetivo de impulsar la introducción en el país de tecnologías asociadas con la interconexión a la red eléctrica de sistemas fotovoltaicos distribuidos en áreas urbanas y periurbanas.
Los generadores fotovoltaicos pueden ser integrados arquitectónicamente a edificios ya existentes y, durante los periodos de generación, estos sistemas pueden alimentar parte de la carga del propio edificio en el que se instalan e inyectar a la red de distribución el excedente de energía generada.
En particular, en el Nordeste argentino, uno de los picos de consumo de energía eléctrica durante el día coincide con el periodo de máxima irradiancia solar. De esta forma, la utilización de sistemas fotovoltaicos permitiría allanar dichos picos de demanda, aliviando los transformadores y líneas de transmisión durante los periodos de generación de Sfcr.
El proyecto Iresud, "Interconexión de sistemas fotovoltaicos a la red eléctrica en ambientes urbanos", en ejecución desde fines de 2011, finalizando en abril de 2016, fue pionera y tuvo el objetivo de promover la generación fotovoltaica distribuida conectada a la red de baja tensión en áreas urbanas.
Este proyecto preveía, entre otras actividades, el diseño, instalación y operación de sistemas fotovoltaicos piloto en viviendas y edificios públicos y privados.
Marco normativo y legislación
En Argentina las nuevas tecnologías de energías renovables cuentan con marcos jurídicos de apoyo y promoción.
La Ley 26.190 es el principal instrumento vigente en relación a la promoción de las fuentes renovables en el sistema eléctrico. La norma recién fue reglamentada en mayo de 2009. La meta que adoptó la Ley en su Artículo 2, “lograr una contribución de las fuentes de energía renovables hasta alcanzar el ocho por ciento (ocho por ciento) del consumo de energía eléctrica nacional”.
También la Ley 27.191: Ley de Energías Renovables, crea el Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica en el Mercado Eléctrico Mayorista Nacional, con objetivos establecidos de lograr el ocho por ciento para 2017-18, 16 por ciento para 2021 y 20 por ciento para 2025.
Sin embargo, la normativa fundamental que permite aplicar la generación de electricidad a los usuarios de edificios, aprobada por el Congreso el 30 de noviembre de 2018, permite que todos consumidores puedan ser también generadores de energía. Es la “Ley de Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública”.
Allí se fijan las políticas y establecer las condiciones jurídicas y contractuales para la generación de energía eléctrica de origen renovable por parte de usuarios de la red de distribución, para su autoconsumo, con eventual inyección de excedentes a la red, y establecer la obligación de los prestadores del servicio público de distribución de facilitar dicha inyección, asegurando el libre acceso a la red de distribución, sin perjuicio de las facultades propias de las provincias.
Las políticas de incentivos para que los usuarios instalen equipamiento que permita producir electricidad serán implementadas a través del Fondo Para la Generación Distribuida de Energías Renovables (Fodis).
Se señala que la generación de energía en forma distribuida y dentro de los mismos centros de consumo implica un importante ahorro en transporte de la energía y costos, posibilita su crecimiento futuro reduciendo la inversión, cuidando el medio ambiente al disminuir el quemado de combustibles fósiles, y, por consiguiente, las emisiones de CO2 a la atmósfera.
“El marco legal recientemente sancionado posibilita este cambio de paradigma al permitir y alentar a la generación distribuida en los edificios y viviendas, en una región como la del NEA que hace uso de la energía eléctrica tanto en verano como en invierno para climatizar sus ambientes” finaliza la autora.
Fuente: El Litoral