El 18 de julio de 1994 se produjo una explosión en el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires. En cuestión de segundos, la sede y varios edificios cercanos fueron reducidos a escombros. El ataque a la AMIA es considerado el mayor atentado terrorista de la historia argentina, el cual dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos.

El 18 de julio de 1994, a las 9:53 horas, un coche bomba estalló contra la sede de la AMIA. El ataque provocó la muerte de 85 personas, de las cuales 67 estaban dentro del edificio y otras 18 en la vereda o edificios cercanos.

La magnitud de la explosión fue tal que se sintió en varias manzanas debido a la onda expansiva. Autos, árboles y vidrios de ventanas estallaron hasta seis cuadras a la redonda.

Julio Menajovsky, fotoperiodista argentino, fue uno de los primeros en llegar al lugar ese día. Con su cámara de fotos pudo capturar imágenes impactantes del edificio de la AMIA reducido a escombros. Esas fotografías son hoy el documento visual de lo que se vivió ese día y también son un recordatorio de una tragedia que luego de tres décadas aún espera por justicia.

Este no fue el único acto terrorista ocurrido en Argentina. En 1992, dos años antes, un vehículo cargado con explosivos impactó contra la fachada de la Embajada de Israel, lo que provocó la muerte de 22 personas y 242 heridos.

El pasado 17 de junio, a pocos días de cumplirse 30 años del atentado contra la AMIA, la asociación israelita compartió un emotivo video en redes sociales con el título “Cantamos juntos por la memoria y la justicia”, en el que Jairo y más de 1.300 personas se unieron para cantar la emblemática canción “Venceremos”.

Este evento, celebrado en el centro cultural Ballena Azul de Buenos Aires, buscó brindar un sentido abrazo simbólico a los familiares de las 85 víctimas del ataque terrorista del 18 de julio de 1994.

Esta acción se suma a la iniciativa del año pasado, cuando la AMIA unió a 45 familiares para interpretar juntos “La cigarra” de María Elena Walsh, consolidando un espacio de memoria colectiva y sigue pidiendo de justicia.

En abril de este año, la Justicia argentina emitió una sentencia histórica respecto al atentado contra la AMIA de 1994, declarando a Irán como un "Estado terrorista" responsable de un delito de lesa humanidad.

La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal dictaminó que Irán planificó el ataque, ejecutado por la organización terrorista Hezbollah. Esta sentencia no solo atribuyó responsabilidades concretas, sino que también estableció que los perpetradores podrán ser juzgados en cualquier parte del mundo y sin límites de tiempo.

La sentencia no solo buscó esclarecer los culpables del atentado a la AMIA en la calle Pasteur 633, sino también comprender las motivaciones políticas y estratégicas detrás de este ataque y el de la Embajada de Israel en 1992. Este fallo marca un hito en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias, subrayando la determinación de Argentina para condenar a los responsables de estos actos de terrorismo internacional.

Por otro lado, recientemente, la Corte Interamericana de Justicia condenó al Estado argentino por no haber previsto el atentado de 1994 y la "falta de investigación" de la Justicia. Además, impuso medidas de transparencia en el caso y garantizó compensaciones económicas a los familiares de las víctimas por parte del Gobierno argentino.