En medio de los desenfrenados festejos durante la caravana de los campeones del mundo se produjeron hechos insólitos en los que las personas pusieron en riesgo sus vidas y empañaron la celebración
La locura desbordante de los fanáticos argentinos en la llegada de los campeones del mundo al país para celebrar la obtención del Mundial de Qatar 2022 no tiene límites. Se calculan que 5 millones de personas se volcaron a las calles para recibir a la Scaloneta y se amontonaron para ver de cerca a sus ídolos, incluido el capitán, Lionel Messi.
Una de las situaciones más insólitas y peligrosas ocurrió cuando el micro descapotable que transportaba a los futbolistas de la Selección pasó por debajo del Puente Olavarría, en la línea límite entre Villa Madero y Villa Celina, partido de La Matanza. Rodeado de una multitud en la caravana de los campeones, mientras el vehículo transitaba a paso de hombre por la autopista Riccheri rumbo a la Capital Federal, dos personas se arrojaron al interior de la unidad.
A pesar de la advertencia de algunos de los jugadores, un hombre cayó dentro del micro y fue rescatado por los futbolistas mientras que el segundo no tuvo la misma suerte y, luego de pisar la parte trasera del ómnibus, perdió el equilibrio y terminó en el pavimento. Esta última escena generó preocupación por el desborde y habría desencadenado la decisión de regresar al predio antes de sobrevolar la zona del Obelisco en helicóptero.
Luego, mientras el hombre que cayó al piso era atendido, otro invasor se metió dentro del micro, según relataron fuentes oficiales.
Más temprano, luego de la llegada al aeropuerto en la madrugada del martes, otro aficionado albiceleste se arrojó desde lo alto hacia el interior del vehículo y fue sostenido por los jugadores. Los campeones del mundo lograron capturar al hincha y lo subieron al micro, impidiendo que cayera al vacío. La imagen se hizo viral.
Una verdadera marea humana se movilizó desde distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires y alrededores primero hacia el predio de la AFA, donde partió la caravana de los campeones. El plantel arribó al aeropuerto internacional de Ezeiza a las 2.23 AM y, tras saludar a la gente que acampó en los alrededores, se fue a descansar a la concentración. Luego del desayuno, el transporte comenzó a desplazarse hacia la Capital Federal, a paso de hombre, por las autopistas.
La caravana terminó con los campeones mundiales recorriendo desde el aire el centro porteño, ya que no había otra manera de moverse vía terrestre entre tanta multitud. Retornaron al predio Julio Humberto Grondona alrededor de las 16.30 horas.
La escena del hombre que se arrojó al micro es una de las tantas secuencias peligrosas que se vieron en el día de los festejos. Otros simpatizantes se subieron a los techos de las paradas de colectivo, postes de luz, árboles, semáforos, comercios y hasta a la punta del Obelisco, poniendo en riesgo sus vidas.
Durante la primera parte de la celebración, horas después del arribo al país, la Selección salió en el micro descapotable a saludar a los primeros hinchas y se produjo un tenso momento con un cable que casi tumba a algunos de los futbolistas. El primero en verlo fue Nicolás Otamendi, quien lanzó el grito y enseguida Leandro Paredes, Rodrigo De Paul, Messi y Ángel Di María esquivaron el riesgo. Pero Paredes demoró unos segundos más y, si bien gambeteó el impacto, el cable le llevó la gorra. El volante de la Juventus se quedó contrariado por la prenda perdida, pero enseguida retomó la conversación con sus compañeros, como si nada hubiera ocurrido.
Fue el único instante de tensión de la travesía que sirvió como aperitivo de la caravana que se desarrolla en la Capital Federal. Varias decenas de miles de hinchas rompieron la cápsula que intentó conformar el operativo de seguridad con sus motos y agentes. Y se acercaron al vehículo con el fin de ver de cerca a sus ídolos, gritarles una palabra de aliento, cantar con ellos o lanzarles algún souvenir. También hubo fuegos artificiales, que le adosaron calor a la escena.