Los fondos se destinarán a 11 viveros productores de flora nativa y a dos centros de rescate de fauna silvestre. La iniciativa apunta a conservar lo que se encuentra en buen estado, reforestar con flora nativa los ambientes dañados y controlar especies exóticas invasoras.
En un acto desarrollado en el auditorio del Centro Cívico del Bicentenario y encabezado por el gobernador Martín Llaryora, la Provincia de Córdoba lanzó este martes el “Plan Integral de Restauración Ecológica” (Pire). El conjunto de medidas y políticas públicas ambientales se enfoca en conservar los ambientes sanos de la provincia y en reconstruir aquellos que se encuentran dañados.
Según destacaron, los principales fundamentos de la iniciativa son dos. Por un lado, las “soluciones basadas en la naturaleza”, esto es, el impulso de acciones que favorezcan la propia capacidad de la naturaleza de regenerarse en condiciones adversas. Por el otro, la “identidad cordobesa” tomando a la flora y fauna autóctonas como una manera de representarnos dando cuenta de nuestra cultura e historia.
Los tres ejes de acción del Pire son: conservar aquellos ambientes que se encuentran en buen estado, reforestar a través de la reintroducción de vegetación nativa en los ambientes deteriorados para fomentar su restauración, y controlar con acciones aquellos agentes de la propia naturaleza que perjudican a los ecosistemas, como las especies exóticas e invasoras de flora y fauna.
Para llevar adelante estas acciones, el Gobierno de Córdoba destinará unos 100 millones de pesos para impulsar distintos proyectos de restauración con recursos que provienen del Plan de Remediación Ambiental Posfuego anunciado con anterioridad por el gobernador Llaryora.
En el lanzamiento estuvieron presentes guardaparques, referentes de instituciones ligadas a la conservación, legisladores e intendentes de varias localidades, a quienes el subsecretario de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, Miguel Magnasco, explicó los detalles del programa.
Entre los principios rectores del mismo, Magnasco remarcó el “hacer con otros”, “generar empleo verde” y la “producción de conocimiento científico y datos para la toma decisiones públicas”. Sobre el primer principio, subrayó el trabajo en conjunto con otras 150 organizaciones, empresas y productores dedicadas a temas ambientales.
Respecto del segundo, expresó: “Los empleos verdes se suelen asociar con los residuos sólidos urbanos, pero hay una gran potencialidad para nuevas fuentes de trabajo en torno a la biodiversidad de Córdoba. Las forestaciones, los seguimientos de supervivencia de esas forestaciones, la producción de flora nativa y el control de especies invasoras forman una amplia gama de empleos verdes que pueden crearse”.
En relación al último principio, Magnasco resaltó que las acciones en el marco del plan están siendo estudiadas para obtener datos que permitan saber si las decisiones tomadas tienen impacto y también ayuden a quienes los releven en sus cargos, proporcionando una “hoja de ruta clara” por dónde continuar avanzando en la materia.
Durante la presentación, Llaryora reafirmó el compromiso de “defender el planeta y generar acciones que bajen el calentamiento global”, además de agregar que defender nuestra fauna y flora es “defender la cultura cordobesa”.
“No se trata solo de plata, sino de liderazgos”, dijo, e instó a los presentes a seguir trabajando “para concientizar a la comunidad y a los líderes que conducen cada uno de nuestros pueblos y ciudades, ya que con ellos podemos hacer que esta transformación escale”.
A su turno, la ministra de Ambiente y Economía Circular, Victoria Flores, sostuvo que este programa es una nueva oportunidad, pero también una decisión política de pensar a Córdoba como una “provincia verde”.
“No nos da igual tener cualquier tipo de ambiente. Y esto no va en contra de ser una provincia que se desarrolla y genera empleo, sino que estamos para buscar un punto de equilibrio. No hay otra provincia del país con una política dispuesta claramente a trabajar contra el cambio climático y la restauración ecológica”, afirmó la funcionaria.
Un impulso para los proyectos de restauración
En el marco del evento y como parte de la inversión de fondos para la producción de flora nativa y la mejora en las capacidades del cuidado de la fauna, se hizo una entrega simbólica de dinero a 11 viveros productores de flora nativa y a dos centros de rescate de fauna silvestre.
En el primer caso, se trató de cinco viveros de alta producción que recibieron 10 millones de pesos cada uno y seis de media producción a los que se les entregaron cinco millones a cada uno. En cuanto a los centros de rescate, “Proyecto Carayá” recibió 10 millones para su plan de prevención y evacuación ante incendios, mientras que la “Reserva Tatú Carreta” obtuvo tres millones para ejemplares de fauna rehabilitados de lesiones ocasionadas por el fuego.
“En un contexto de un país que está tan mal, que sigamos avanzando en esto nos parece fantástico y nos da mucha esperanza. Este dinero lo vamos a usar exclusivamente para evitar que los animales vuelvan a estar en riesgo: abrir caminos, contar con reservas de agua, todo lo que nos ayude a evitar que el fuego haga evacuar y estresar a los animales”, dijo a La Voz Alejandra Juárez, fundadora de Proyecto Carayá.
Desde “Jardineros sin fronteras” explicaron que estos fondos significan un aporte clave en un momento económico complejo que les ayudará a seguir construyendo fuentes de trabajo para los cordobeses. “Vamos a construir un nuevo vivero donde van a trabajar entre 10 y 15 personas que estarán destinadas a la producción de plantas nativas, las cuales son nuestro insumo básico”, comentó Lucia Arzamendia, integrante de la organización.
Por su parte, Ignacio Ricci, uno de los fundadores de la fábrica de árboles “Baum”, aseguró que el apoyo económico es un gran reconocimiento y que les permitirá una ampliación de su unidad productiva, la cual oportunamente se encuentra en proceso de mudanza.
“Las empresas de triple impacto como nosotros no estamos bien vistas. Siempre se considera primero al sector público o a las ONGs. Este apoyo es importante porque implica empezar a romper una frontera en la que el Estado genere incentivos para la producción de árboles. Hay mucho crédito para la industria dura, pero para la verde no y nosotros también necesitamos fondos para ampliar nuestras unidades productivas y abastecer el mercado”, explicó Ricci.
Entre otras organizaciones de producción de flora nativa que recibieron apoyo económico podemos mencionar a los viveros “Autóctonas de Córdoba”, “El Churrinche“, “Forestando Córdoba” y a las fundaciones “Manos que tejen bosques”, “Garabato Cuna de Nativas” y “La Lucena”.
Fuente: La Voz del Interior