Se cumple esta semana un año del amparo presentado por Greenpeace ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en nombre y representación del Yaguareté que habita en el Gran Chaco argentino, donde quedan tan sólo 20 ejemplares. A pesar de las restricciones por la cuarentena, en su territorio se desmontó más este año que en el mismo período de 2019.
Argentina es el país de América del Sur en el que quedan menos yaguaretés, cerca de 250 individuos; en la región del Gran Chaco se ha producido una importante disminución en los últimos diez años y hoy hay menos de 20. Para poder sobrevivir, cada animal necesita aproximadamente 40 mil hectáreas de bosque continuo y en buen estado de conservación, una superficie similar a dos veces la Ciudad de Buenos Aires.
“Los científicos estiman que en Argentina durante los últimos dos siglos el territorio del yaguareté quedó recluido a tan solo un cinco por ciento de la superficie original y en la región chaqueña está al borde de la extinción. A pesar de haber sido declarado Monumento Nacional no se está protegiendo su hábitat, que es continuamente arrasado por las topadoras para ampliar la frontera agropecuaria, lo que pone en serio peligro su subsistencia”, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Es la primera vez en la historia jurídica de nuestro país que se realizó una presentación en nombre de una especie y de los Derechos de la Naturaleza. La demanda fue presentada contra las provincias de Chaco, Salta, Formosa y Santiago del Estero y el Estado nacional, por no cumplir la Ley Nacional de Bosques y, por ello, no garantizar la supervivencia de la especie en la región del Gran Chaco. La procuración general de la Nación ya dictaminó que la causa es jurisdicción de la Corte.
El amparo incluye el pedido para que se garantice “Deforestación Cero” en los territorios donde vive la especie, se prohíba su degradación, fragmentación y deforestación; y se implemente un Plan de Manejo sobre el Yaguareté, como lo dispone la Ley Nacional Nº 25.463 que lo declara Monumento Natural Nacional.
El monitoreo de deforestación que realiza Greenpeace mediante imágenes satelitales reveló que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2020 se desmontaron 38.852 hectáreas de bosques nativos en las provincias demandadas; unas 2.000 hectáreas más que durante el primer semestre del año pasado.
“Es completamente inaceptable que, a pesar de la emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad que estamos viviendo se siga desmontando. No podemos perder ni una hectárea más”, advirtió Giardini.
La organización ambientalista está reclamando a los gobernadores Gerardo Zamora, Gustavo Sáenz, Gildo Insfrán y Jorge Capitanich que decreten la emergencia forestal y prohíban los desmontes en sus provincias.
Fuente: La Hora de Salta.-