Por el crecimiento de la curva de contagios de Covid-19, la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet) Regional Entre Ríos, reclamó a autoridades del gobierno que recomienden al Poder Ejecutivo Provincial (PEP) la continuidad de las clases virtuales sin presencialidad, supo AIM.
En un parte de prensa enviado a esta Agencia, el gremio que conduce Andrés Besel explicó que la solicitud fue realizada ante el presidente del Consejo General de Educación (CGE), Martín Müller, y la ministra de Salud, Sonia Velázquez.
En el texto, Amet avaló “la importancia de la presencialidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje”, pero aclaró que “es imposible desconocer la gravedad de la coyuntura actual y las consecuencias que malas decisiones de las autoridades puedan provocar, tal cual ha sucedido en otras jurisdicciones con la pérdida de vidas de compañeros de trabajo, o un acrecentamiento de la enfermedad cuando podría haberse evitado”.
El sindicato explicó que esta realidad “se profundiza debido al lamentable y triste aumento de contagios y enfermos, a la cantidad de camas de terapia intensiva ocupadas, a la irresponsabilidad de decisiones individuales y grupales que se están dando en el seno de nuestras comunidades, como también el tremendo desgaste a que están siendo sometidos los trabajadores y profesionales de la salud”.
El gremio consideró que “se hace imprescindible repensar la presencialidad en las estaciones de otoño e invierno donde estamos viendo ´un recrudecimiento del ataque del virus´ y por lo cual desde Amet entendemos que ´extender las vacaciones de invierno recuperándose el tiempo en diciembre con una reorganización de contenidos, y/o extender la virtualidad hasta que las temperaturas sean más adecuadas´ son decisiones lógicas y razonables para esta etapa de este enorme problema, teniendo en cuenta que una de las principales recomendaciones sanitarias es mantener una aireación continua en los ambientes de reunión o trabajo”.
Para Amet, “con las temperaturas actuales y las más bajas que se generarán en los meses de junio y julio, pretender que maestros, profesores y alumnos realicen actividades escolares con puertas y ventanas abiertas, constituye un acto rayano a lo inhumano y que no arrojará de ninguna manera resultados pedagógicos/didácticos óptimos”, opinó.