El primer día tras el resultado electoral estuvo marcado por la agenda económica del presidente electo Javier Milei. En diversas declaraciones radiales resaltó el ajuste fiscal, apertura del cepo y cierre del Banco Central (Bcra) como medidas centrales. Sin embargo, su equipo económico le pidió cautela con los anuncios hasta el 10 de diciembre para evitar crisis financiera y cambiaria.
A partir del triunfo por casi 12 puntos de diferencia, Milei comenzó a transmitir primeras iniciativas que responden a sus tres directrices económicas: “Estado pequeño, respeto por el derecho de propiedad y apertura comercial hacia el mundo”.
Bajo ese manto liberal-libertario, en menos de 24 horas aseguró que el cepo se levantará en tanto desarme la posición de las Leliq, cortará con la emisión para reducir la inflación en 18 o 24 meses, pondrá fin a la obra pública, derogará la Ley de Alquileres y cerrará el Bcra.
Sin embargo, sobre su política financiera y cambiaria pocas precisiones se obtienen. Carlos Rodríguez, histórico profesor e investigador de la Universidad del CEMA, exsecretario de Política Económica de Menem y ahora asesor del libertario, explicó en la red social X por qué: “Si Javier Milei anunciara sus políticas monetarias y cambiarias de muy corto plazo semanas antes de asumir, esto podría tener efecto instantáneo sobre los mercados que actualmente son intervenidos por el oficialismo. Esto podría generar una crisis financiera/cambiaria y el oficialismo podría culpar a Milei por causarla”.
Milei le puso “me gusta” a la declaración. La estrategia sobre cómo anunciar su programa económico se dirime en un contexto de transición no resuelta entre el presidente electo y Alberto Fernández, actual mandatario. Sergio Massa, ex candidato -pero ministro de Economía en funciones- se corrió de escena y designó al equipo de transición conformado por Gabriel Rubinstein, Raúl Rigo, Leonardo Madcur y Miguel Pesce.
“Milei debería dar cierta certidumbre del camino que piensa tomar, aunque no necesariamente con un gran nivel de detalle”, explica a este medio Pablo Besmedrisnik, director de VDC Consultora. A su vez, advierte: “Hay políticas de acción que per se no necesitan detalles: la confirmación o no de avanzar en la dolarización genera ruido cambiario. En ese terreno hablar de plazos puede ser tenido en cuenta.”
Para Alfredo Romano, titular de Romano Group, la línea Rodríguez es correcta, pero “es importante aclarar quiénes van a estar en los equipos económicos, tanto Ministerio de Economía como Banco Central” y luego “dar señales para llegar al equilibrio fiscal y de una reforma monetaria, que seguramente es la dolarización de la economía”. Milei dijo que no anunciará aún a su ministro en la cartera económica porque “sería ponerlo en una silla eléctrica”, pero al preguntarle por la próxima figura, nombra a Luis “Toto” Caputo, Luciano Laspina y Federico Sturzenegger como economistas a los que respeta y mantiene diálogo. Para el BCRA, el señalado es Emilio Ocampo.
El mismo camino plantea Iván Carrino, titular de ICYA Asociados, quien asegura que tendrá que transmitir en estos días “certidumbre, calma y profesionalismo” y sus medidas como propiedad privada y economía de mercado “no generan una corrida”, pero sí será necesario “certezas sobre el tipo de cambio para la dolarización, evitando comentarios como ‘si sube el dólar es más fácil (para dolarizar)’”.
Por el contrario, Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, sostiene que “lo ideal es comunicar con la mayor claridad posible las generalidades antes que las medidas”, aunque su plan de shock inicial “ya es conocido”: recorte de gasto público, ordenamiento monetario, baja de presión impositiva y “reforzar la asistencia a los de menores recursos”.
Todavía restan diversas definiciones y no solamente en el plano económico. Lo que sí queda claro para Besmedrisnik es un componente no menor: “Las políticas a implementar en los próximos meses deberán estar acompañadas de la red de contención que existe a la fecha, difícilmente se pueda desmantelar en el corto plazo”.