El ministro de Seguridad bonaerense se refirió al caso del jóven muerto por un disparo de la policía bajo su mando y sostuvo que eso es lo que demuestran hasta ahora las pruebas en forma preliminar
El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que el asesinato del adolescente Luciano Olivera en Miramar se trató “de un caso de negligencia e impericia”, y respaldó sus palabras en las pruebas preliminares llevadas a cabo por la fiscalía.
En el programa La noche de Mirtha, por eltrece, el ministro citó las palabras del efectivo acusado respecto de que había sido un accidente y de que se le había escapado el disparo.
Con ello, tomó distancia de la calificación del caso como gatillo fácil. “Ni bien ocurrió [el hecho]fue apartado y se inició la investigación como corresponde”, sostuvo.
Maximiliano González, de 25 años, fue arrestado y puesto a disposición de la fiscal Ana María Caro, quien pidió su detención formal bajo cargos de homicidio agravado, delito que para el caso prevé pena de prisión perpetua.
El funcionario señaló que la situación se desencadenó a partir de quejas por “ruidos molestos” y “disturbios”, dado que el muchacho y otros jóvenes estaban jugando fútbol en la madrugada.
Por otro lado, desestimó que hubiera “una premeditación de seguirlo”. “El patrullero que intercepta a Luciano [Olivera]ni siquiera estaba afectado a la persecución”, contó Berni en la mesa que compartió junto a los periodistas Willy Kohan y Sandra Borghi, el especialista en robótica Mateo Salvatto, y la conductora y empresaria Teresa Calandra.
En el marco de la polémica por la muerte del jóven en Miramar, Berni reiteró su respaldo a las pistolas Taser, que generan una descarga eléctrica y se las asocia con métodos de tortura, y dijo que “para su incorporación se necesita mucho entrenamiento”.