¿Vives dentro de una relación de pareja tóxica? La respuesta puede que sea afirmativa pero que aún no lo sepas. El jefe del Servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Marbella, Antonio de Dios González, lanza un aviso a navegantes: «Hay muchos tipos de relaciones tóxicas, desde las más claras que son las de maltrato a otras más sutiles de dependencia o codependencia». Hoy, de su mano, te ayudamos a identificar una relación tóxica, incluso las más taimadas: aquellas que se disfrazan de gran amor.
- No puedes ser tú misma. Lo más importante en una relación sana es que puedes ser tú misma. Si la relación está llena de reproches y correcciones de cómo piensas o cómo actúas tendrían que empezar a saltar las alarmas. Lo normal es sentir admiración por el otro, animarle en lo que hace y felicitarle por sus logros, no minimizar los éxitos y señalar continuamente lo que se hace mal.
- Estancamiento. Las relaciones sanas siempre apoyan el desarrollo y el bienestar del otro, ayudan a crecer y a expandirse. Si tu pareja te cierra puertas, trata de limitar las actividades que te gustan o las personas con las que te relacionas y cada vez sientes que tu vida está más limitada ¡cuidado! está pensando más en sí misma que en ti.
- Control. Está bien que la comunicación sea abierta en una pareja y se hable de todo, pero si sientes que tu pareja quiere saber todo de ti, no puedes tener nada privado y quiere saber lo que haces en cada momento, entonces está intentando controlarte, no conocerte mejor. Por supuesto mirarte el móvil o el correo electrónico o exigir que le enseñes lo que escribes o con quién hablas es signo inequívoco de control. El control tiene que ver con la inseguridad y el miedo a perder al otro y suele derivar en enfado si no haces lo que esa otra persona quiere.
- Falta de respeto. Los insultos o menosprecios, tanto en público como en privado, no tienen nada que ver con el amor. Cuando una persona no se siente válida trata de rebajar al otro, a veces inconscientemente, para tener poder sobre ella y sentirse superior. Si cada vez dudas más de ti y de tu validez en vez de sentirte cada vez mejor es que estás en una relación tóxica.
- Critica a tus amigos. También intenta que quedes menos tiempo con ellos. Aunque te diga que es para pasar más tiempo vosotros juntos o que es porque son mala gente, si ves que estás perdiendo contactos que para ti son importantes es que la relación te limita.
- Quién tiene razón. Si quiere tener razón siempre y parece que eres tú la que siempre estás equivocada, cuidado es una relación tóxica. Ponte una alarma que salte cada vez que describa lo que haces con palabras absolutas como «siempre», «nunca», «todo» o «nada».
- Celos. Los celos no tienen nada que ver con el amor, tienen que ver con el miedo. Miedo a perderte que provoca control sobre tu vida. Aunque a veces nos dé seguridad que la otra persona sienta celos lo importante en una relación sana es la confianza.
- Discusiones. En una relación es normal tener discusiones, pero cuando son muy repetitivas o el tono es muy fuerte o violento eso ya deja de ser normal. En una relación sana se escucha al otro y se muestra interés por lo que piensa y por lo que necesita o está sintiendo. Si no puedes expresar lo que te molesta porque siempre salta con algo que le molesta a él más, si hay gritos o amenazas, si cada conversación se convierte en recordar lo que tú haces mal o si no te sientes escuchada, la relación no es sana.
- Vergüenza. Dejas de contarle a tus amigas lo que te pasa porque te da vergüenza que vuelva a pasar. Por ejemplo, volver con tu pareja después de haberlo dejado tantas veces o volver a sentirte mal por estar de bronca con ella.
- Y por último, recuerda que una relación tóxica es cosa de dos. No olvides el tópico, para poder amar de manera sana a alguien primero tienes que amarte a ti misma, así que si te has visto involucrada en una relación tóxica es importante que te plantees los motivos para haber vivido esa experiencia. Hay una clave sencilla, lo que esperabas que la relación te ofreciese o aquello de lo que más te quejas es lo que tienes que aprender a darte a ti misma. Sólo cuando tú te sientas llena y feliz sola podrás compartir con otra persona que también está bien sola porque, simplemente, juntos estáis mejor.
ElCorreo.-