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Política
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Docentes reivindican el diálogo con el gobierno y definieron una agenda de trabajo 

El plenario de secretarios generales del principal sindicato que representa a los docentes en la provincia reivindicó la reapertura de la Comisión sobre Condiciones laborales y definió una agenda de trabajo que implique condiciones laborales ante la excepcionalidad; la continuidad de la discusión de la Resolución en cuanto a organización institucional y el marco de aplicación de la bimodalidad. También, se reclamó un plan de vacunación, infraestructura e higiene, la reapertura de la discusión salarial y comedores escolares de jornada completa, informaron a AIM.

En la jornada, los secretarios generales de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) valoraron “la reapertura de la Comisión de Condiciones Laborales como avance en este particular contexto” y subrayaron los logros: “Convocatoria a concurso de titularización en horas cátedra y cargos iniciales de educación secundaria para todos los docentes que hayan ingresado; derogación de la Resolución 1542/21 del Consejo General de Edcuación (CGE), referida al procedimiento de carga de inasistencias injustificadas que se pretendía llevar adelante con intención punitiva por parte del gobierno a los docentes que adhirieron a la medida de resguardo y tutela sindical; homologación de los acuerdos en el ámbito de la secretaría de Trabajo; continuidad del trabajo en la excepcionalidad; y el compromiso de la continuidad de las sesiones para el 12 de agosto como próxima reunión de este ámbito paritario”.
También, pidieron “la reapertura y continuidad de la discusión salarial ya que nuestros sueldos, en muchos casos siguen por debajo de los índices de pobreza, se han ido licuando a lo largo de los sucesivos aumentos de los insumos de primera necesidad y el costo de vida en general ha aumentado debido al proceso inflacionario que se viene dando”.

En ese marco, destacaron los “avances porque van en dirección de llegar a poner tranquilidad y resguardo de las y los docentes, garantizando sus derechos y protegiendo su carrera. Porque en el peor de los escenarios, transcurriendo territorios desconocidos en un contexto absolutamente incierto y de profunda confrontación ideológica, ha existido voluntad de resguardar y proteger derechos. Y eso no es azaroso, ni producto de ninguna casualidad. Es producto de un sindicato organizado, que resolvió ir primero en dirección de recomponer y encontrarse y en ese camino fortalecerse y prepararse a confrontar”.

Sin embargo, desde Agmer indicaron que queda pendiente “una plan de vacunación (solicitud de aplicación de la segunda dosis para el sector docente); que el Estado intervenga para restituir las frecuencias eliminadas por empresas de transporte de media y larga distancia; condiciones y tiempos de trabajo del docente bajo impedimentos de trasladarse hasta su lugar de trabajo; que se implementen obras que garanticen y amplíen espacios áulicos con distanciamiento e incrementen las partidas de limpieza y provisión de elementos de protección y prevención de Covid, y que se gestione ante el ministerio de Salud de la provincia para que el Ministerio de Desarrollo Social habilite los comedores escolares en las Escuelas de Jornada Completa y Escuelas Nina”.

Contexto y solidaridad de clase
En el documento al que accedió esta Agencia, el plenario explicó que estos son tiempos de agobio e incertidumbres: “La pandemia acecha, pone en tensión e interpela el sentido mismo de la humanidad, llevamos más de un año y medio luchando contra un flagelo que nadie esperaba y que se presentó –disruptivamente- frente a nosotras y nosotros, nuestros hogares, nuestras familias… nuestros alumnos y alumnas, nuestros tiempos, nuestros trabajos…”

El Covid 19 “conmovió en forma inusitada una ‘normalidad’ construida en siglos. Puso en profunda tensión un paradigma de “civilización y modernidad” que hoy, frente a los impactos y secuelas que en su camino va dejando se hace imperativo repensar. Porque lo que enferma, profundamente, es un sistema de producción, un modelo de organización social, cultural e ideológico que ha dañado nuestra tierra, contaminado sus ríos y sus mares, arrasado con sus bosques, condenando al hambre y a la explotación a millones de habitantes. Lo que enferma –decíamos en nuestras primeras declaraciones de coyuntura- es el capitalismo. Una crisis en donde el avance implacable del virus puso en profunda tensión a los principales sistemas de salud en el mundo, incapaces de resolver y contener en lo principal de la urgencia: la existencia, demuestra un paradigma profundamente injusto y falaz, maniqueísta, mezquino y centralmente cruel. Es posible suponer, entonces, en una humanidad ya enferma, incluso antes del virus, frente a este escenario el Covid no hizo más que poner en superficie un modelo, una cultura tan individualista y mercantilista, que ya antes y por millones había condenado a la ausencia de la existencia”, indicaron.

Asimismo, apuntaron que en este contexto “hay que leer el resurgimiento discursivo nacionalista y de ultra derecha, anti cuarentena, anti vacunas, que reinstalan conceptos xenófobos y negacioncitas de las dictaduras y el genocidio, de la mano dura y la fobia contra los migrantes. Se explica ante un sistema de producción oprobioso que se derrumba cuando ven al pueblo organizarse, resurgir con López Obrador en México, con Castillo en Perú, Luis Arce en Bolivia, o el avance del progresismo en Chile y el regreso de Lula en Brasil. En nuestro país, esa misma derecha (siempre cancerbera de derechos) es también lo que está en tensión, eso también hay que decirlo”.

“Cuando comenzó la cuarentena, el año pasado, fuimos muy claros en acompañar el proceso frente a una pandemia que llegaba y una sociedad diezmada por una crisis económica signada por el mayor endeudamiento externo y saqueo de nuestra historia. En este país no había, siquiera, Ministerio de Salud. Así que aportamos nuestra estructura a disposición de los y las que debían aislarse, ayudamos en la provisión de respiradores, colaboramos con las instituciones educativas aportando para barbijos, alcohol en gel, cofias y elementos de prevención para las trabajadoras y trabajadores de salud, ayudamos en comedores y merenderos populares, poniendo movilidad para garantizar que lleguen recursos didácticos en zonas donde el Estado no podía acercarse. Y lo dijimos claramente: sin especular nada, convencidos que esta crisis constituye una oportunidad para crecer como sociedad, para transformarla en más justa, más solidaria, más equitativa, más humana”, aseveraron.

Sin embargo “en el transcurso hemos tenido que afrontar disputas, en conjunto con otras organizaciones hermanas propusimos en el 2020 el diálogo social y un programa de redistribución de la riqueza, que ponga en agenda primero a las y los trabajadores y a las y los más vulnerables. Nos respondieron con la Ley de Emergencia (de ajuste) Económica, mal llamada solidaria. Días antes de la pandemia desde la Multisectorial nos habíamos movilizado para frenar los intentos de ajuste a la Caja de Jubilaciones, y visto como la patronal aprovechó la coyuntura para ausentarse de la discusión salarial. Somos el colectivo organizado que frenó el ajuste de la Caja, los que en conjunto también con otros sindicatos hermanos resistimos y logramos frenar la llamada Ley de Emergencia Económica. AGMER fue uno de los pocos sindicatos en lograr un sistema de cobertura de suplencias en el inicio de la pandemia, como forma de garantizar la continuidad laboral y puso a su Instituto de Investigaciones y Estadísticas a la atención específica de los índices de evolución de la pandemia y de la elaboración de propuestas de protocolo sanitario”, dijeron.

“Iniciamos este año con una agenda de demandas marcadamente inconclusa, desde lo salarial, desde las condiciones laborales y edilicias. Así –colectivamente- continuamos un plan de acción que contuvo medidas de fuerza, distintas movilizaciones y la instalación de la Carpa Blanca Docente frente a Casa de Gobierno durante 45 días, en este contexto de emergencia, demandando nuestro pliego de reivindicaciones”, recordaron y agregaron: “A los pocos días afrontamos un debate ajeno, marcado por una agenda instalada electoralmente, alentada mediáticamente sobre la presencialidad, y además, por sectores que históricamente motorizaron el ajuste y la conculcación de derechos vía la reforma de nuestros estatutos, que bajaron los presupuestos y eliminaron programas como el “Conectar Igualdad”, que son enemigos de la Escuela Pública. Respondimos con un plan de acción que insistía –fuertemente- en la presencialidad cuidada, en la demanda por un programa real y certero de vacunación y en nuestra definición de priorizar –centralmente- la salud y la vida de las y los trabajadoras y trabajadores de la educación, de nuestros estudiantes y de nuestras familias”.

“Así avanzamos durante junio y julio en garantizar el proceso educativo y el trabajo docente desde la no presencialidad. Con el esfuerzo del conjunto de compañeras y compañeros y equipos directivos sosteniendo, más allá de todas las presiones, una medida votada de manera unánime por nuestro Congreso. Ese proceso inédito en este contexto también inédito, acompañado por distintas acciones, entre ellas la recorrida por los departamentos por parte de nuestra CDC y la demanda de la reapertura de las paritarias sobre condiciones laborales es el que ha permitido forzar la reapertura de espacios de definiciones”, destacaron.

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