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El planeta nueve no se ve pero se mueve

Hasta hace algunos años, había nueve planetas en el sistema solar: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano  y Plutón.

Una adecuación estricta a la definición de planeta dejó a  Plutón fuera de la lista, pero apareció poco después la mención entre los astrónomos del "planeta nueve", un candidato a ocupar el lugar que el "pequeño" y excéntrico  Plutón dejó vacante.

Fue el estudio de otros seis cuerpos celestes muy distantes, que como Plutón no son planetas, lo que hizo pensar que cierta excentricidad excesiva en sus órbitas no era debida a la casualidad sino a la presencia de una gran masa gravitatoria allá lejos, muy lejos, pero todavía en la influencia del sol: un planeta que en los orígenes del sistema fue expulsado pero que sigue en órbita solar.

El "planeta nueve" fue postulado por Miguel  Brown y  Constantino Batygin, del Instituto tecnológico de California, en un estudio publicado el 20 de enero de 2016 que le adjudica un 90% de probabilidades de existir con las caracteríticas que ellos le atribuyen. Brown es llamado "el asesino de Plutón" porque fueron sus observaciones la que llevaron a dejar de considerarlo planeta, sobre todo después del descubrimiento de otros cuerpos tan lejanos como él y más grandes, que no son planetas sino planetoides.

La Tierra gira alrededor del sol en un año, a una distancia de 150 millones de kilómetros, distancia que se llama "unidad astronómica (UA).

Bueno, el planeta nueve, tan esquivo y alejado, orbita alrededor del sol en un periodo de entre 10.000 y 20.000 años con una órbita muy elíptica, es decir, alargada, no circular, que tiene un eje mayor de 700 unidades astronómicas y un eje menor de 200.

Los telescopios de todo el mundo lo están bucando, todavía sin resultado, pero sin desmayo. Es un cuerpo dos o tres veces más grande que la tierra, de hielo y roca, recubierto con una escasa capa de gas, como Neptuno o Urano, pero perdido en la oscuridad más densa, a una distancia a la que el sol no parece sino como una estrella grande en nuestro cielo. Como el planeta puede tardar 20.000 años en dar una vuelta completa alrededor del sol, sin por estos siglos está en el punto más lejano o afelio, serían necesarios los telescopios más potentes para ubicarlo.

El planeta nueve, llamado "Fattie", o sea "El Gordo" familiarmente por los astrónomos,  debe tener una masa 10 veces mayor que la Tierra y un diámetro cuádruple.

Antes de postular al "Gordo" dando vueltas lentas allá lejos, los astrónomos habían descartado en el sistema solar exterior, es decir fuera del cinturón de asteroides de Kuiper, al que pertenece Pluton y Sedna, descubierto hace poco, un planeta del tamaño de Júpiter o mayor.

El Gordo es menor, pero igual es muy grande. Sin duda estuvo hace algunos miles de millones de años más cerca, dentro del cinturón de Kuiper, y debe haber sido visible desde la Tierra cuando en la Tierra no había ojos que lo vieran. Un accidente colosal, quizá el acercamiento de  una estrella al sistema solar o  un planeta errante que pasó cerca, lo alejaron a su situación actual.

Fuera de planeta nueve, y de "Gordo" se ha propuesto llamarlo  "Joshaphat", nombre bíblico,  "Jorge" y "Telisto", pero hasta que no sea descubierto, no será bautizado oficialmente.

Brown y Batygin concluyeron  que el " Gordo" andaba por ahí porque analizaron las  órbitas de Sedna  y otros seis planetoides como ellos, todos más alejados del sol que Neptuno, el último planeta reconocido hasta ahora. Estimaron que no era posible que todos esos cuerpos tuvieron órbitas tan excéntricas y casi en el mismo plano sino por la influencia de otro cuerpo, todavía desconocido, que habría perturbado sus órbitas originales, mucho más "redondas".

La prensa mundial recogió el guante y posiblemente en busca de sensaciones fuertes, que ella sabe tranformar en ventas masivas, lanzó la idea de que el planeta nueve, dado por hecho, enviaría en breve  asteroides y cometas a toda velocidad en dirección a la Tierra con consecuencias potencialmente devastadoras: la producción de una nueva extinción masiva. Los dueños del "Gordo", Batygin y Brown, salieron rápidamene a desmentir al New York Post aclarando que semejante "envío" de destrucción y muerte a la tierra era una fantasía, llena de inexactitudes que la invalidaban totalmente desde el punto de vista cientifico.

Aclararon que el 'Planeta Nueve', contra lo que ellos desearían, no es un cuerpo celeste descubierto y confirmado, sino solo de existencia inferida.

Para mayor abundamiento, Brown dijo: "El 'Planeta Nueve' no va a causar la destrucción de la Tierra. Si usted lee que esto va a ocurrir, ha descubierto un texto idiota". Idiota quizá, pero conocedor de lo que la idiotez rinde en ventas.

El texto degradado por Brown se apoyaba en otro descubrimiento: cada 27 millones de años, una lluvia de cometas de origen desconocido atraviesa el sistema solar. Cuando uno de esos cuerpos choca contra la Tierra, como hace 70 millones de años el que cayó en Yucatán  y habría exterminado los dinosaurios, se produce una extinción masiva de vida.

Los antiguos conocían siete planetas, hasta Saturno y no más. A partir de  los tiempos de Ptolomeo, se han descubierto solo dos planetas más: Urano y Neptuno. El noveno, Plutón, ocupó durante un tiempo esa jerarquía  pero luego fue desalojado porque se vio que no cumplía con la definición de planeta. El "Gordo" sería el tercer planeta descubierto desde la antigüedad, y sus padres confían en que saldrá parecido a sus dos hermanos de roca, hielo y gas.

El "Planeta Nueve” exitiría desde los origenes del sistema solar, aunque en cierto momento, hace miles de millones de años, fue arrojado lejos, pero no tanto como para alejarlo definitivamente del sistema,  debido a una fuerza gravitacional que pudo ser la de  Júpiter o de Saturno, que quizá estaban muy cerca de él, o quizá alguna otra que apareció circunstancialmente, ejerció su influencia y siguió su camino.

La idea de una catástrofe inmimente que produciría el planeta Nueve se relaciona también con su representación en una órbita llena de asteroides, que el planeta golpea y envía lejos, tan lejos como para llegar en un vuelo a la Tierra  y provocar una debacle.

Sin embargo, para que el planeta Nueve sea considerado un planeta, en 4500 millones de años de existencia del sistema solar debió haber "limpiado" su órbita para no chocar con nadie en ella, como no chocan los otros planetas.

Planetas sistema solar

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