La propuesta parlamentaria de bautizar "Pablo Neruda" al aeropuerto internacional de Santiago de Chile chocó contra feministas, quienes recuerdan que el poeta fue maltratador de mujeres, confesó una violación y abandonó a su hija enferma.
Las feministas incluyen en su idea el abandono por Neruda de una hija enferma y una violación relatada en su libro de memorias "Confieso que he vivido". Las feministas proponen designar al aeropueto "Gabriela Mistral".
En "Confieso que he vivido", Neruda relata que forzó sexualmente a una joven sirvienta en la isla de Ceilán, en el sur de la India (hoy Sri Lanka), donde ocupó un cargo diplomático en 1929.
Neruda cuenta que la muchacha lo ignoró y que luego él la llevó a su habitación para terminar con un encuentro que fue “como el de un hombre y una estatua". Ella mantuvo los ojos bien abiertos todo el tiempo, completamente consciente”.
La diputada del partido Humanista Pamela Jiles, dijo: “No están los tiempos para homenajear a un maltratador de mujeres, que abandonó a su hija enferma y confesó una violación, menos como imagen país”.
Además de la supuesta agresión sexual relatada por el propio Neruda, las feministas recuerdan el caso de Malva Marina, su hija, a la que llamaba “vampiresa de tres kilos”.
Esa historia aparece en un relato novelado llamado Malva, de la poeta neerlandesa Hagan Peeters, en el que se cuenta que la niña nació en 1934, con hidrocefalia, y murió solo ocho años después abandonada por su padre. Cuando se difundió la historia en 2016, la Fundación Pablo Neruda, que preserva el legado del autor, emitió una nota en la que aseguran que la separación fue de común acuerdo y que “el escritor fue a ver a su hija la última vez que pudo hacerlo, en 1939, en el último viaje que pudo hacer a Europa, para embarcar a los republicanos españoles en el Winnipeg”.
Mientras se resuelve la controversia, el aeropuerto internacional de Santiago seguirá llamándose Comodoro Arturo Merino Benítez, padre de la aviación chilena.