El gobernador de la provincia, Rogelio Frigerio, aseguró a AIM que la situación que se atraviesa es dramática, ya que no se avizora aún un piso de la caída de la actividad. Resaltó el esfuerzo de su gestión de preservar el trabajo y alentar la producción, para la generación de empleo privado en una provincia donde el 50 por ciento de los trabajadores depende del Estado.
En una charla informal con periodistas en el Salón de los Gobernadores de Casa de Gobierno, Frigerio trazó el panorama nacional que azota a su gestión en un escenario que calificó como desastroso, ya que señaló la situación es sin precedentes en la historia contemporánea de Argentina y sería peor que la que se vivió durante la pandemia, ya que el gobierno nacional no realiza transferencias, que representan unos 50.000 millones de pesos menos; hay una baja en la recaudación; y se tuvo que pagar 130 millones de dólares de amortización de deuda.
En ese sentido, remarcó que a su gobierno le tocó una coyuntura muy compleja, que explican las decisiones que tomó, entre las que se encuentran las reformas del sistema previsional, un problema que persistió durante gestiones pero que nadie se animaba a realizar , explicó.
Las consecuencias de la crisis están a la vista, dijo el gobernador, quien comentó que cada vez hay menos presupuesto para que el Estado pueda realizar otras actividades que trasciendan, como obra pública.
Ante ese escenario, aseguró que peleará los recursos que correspondan con el gobierno nacional (en materia previsional y energética) y anticipó que pedirá el traspaso de la gestión de las rutas nacionales, con los fondos del impuesto al combustible y concesión de la carreteras.
Ante el panorama financiero crítico, el gobernador comentó que entiende el reclamo de los docentes, entre otros sectores, pero dijo que no comparte los escraches que se realizaron a funcionarios de su gobierno y apuntó que espera que el magisterio comprenda la delicada situación financiera que pasa la provincia.
En ese marco, se mostró abierto al diálogo, ya que subrayó que durante sus nueve meses de mandato es quien más se ha reunido con los sindicatos, por lo que apuesta a sostener esa impronta, aunque aclaró que su gobierno no es para el Estado o para los empleados públicos sino que se debe a los 1.500.000 habitantes de la provincia.