El citricultor de Federación y ex dirigente de la Federación Agraria Argentina, Héctor Toller, habló sobre la situación del país. Señaló que “la crisis moral genera el resto”. Comentó que la única producción sustentable en la zona de Chajarí, Villa del Rosario, Federación en pequeña escala es la citricultura. Dijo que la economía está pasando por “momentos complicados debido a la falta de insumos”.
Héctor “Negro” Toller dialogó con la prensa en relación al panorama del sector citrícola en la provincia. El referente agropecuario señaló que “nuevamente el sector productivo vive situaciones de angustia y solo nos resta esperar que quien tenga que reflexionar lo haga”. El productor de 63 años recordó que comenzó a trabajar en las instituciones en 1979 luego de cumplir con el servicio militar. “Soy uno de los fundadores de la Asociación de Citricultores de Federación, también de la Federación del Citrus de Entre Río, además de la Cooperativa de Villa del Rosario que hoy tiene 238 socios”.
Por otra parte destacó que la citricultura no escapa a “la situación de crisis agobiante que tienen todas las producciones en el país, inclusive lo nuestro es peor porque estamos trabajando con una mercadería perecedera. El citrus no te otorga margen alguno. Cuando es tiempo de cosecha hay que levantarlo sin perder tiempo. No hay alternativa, sean buenos o los precios del mercado en ese momento”. Contó que el “faltante de combustible se hizo sentir en una economía que depende muchísimo del transporte y por si esto fuera poco los fertilizantes aumentaron de la temporada pasada a la presente un ciento por ciento en dólares, pasó lo mismo con los herbicidas en un mercado muy caído”. Acotó que “las exportaciones están un poco flojas. Toda la fruta que se iba a exportación dejaba un hueco importante para el mercado interno, razón por la cual tenemos una sobreoferta en un mercado muy reducido”. Recordó que agosto es el mes en el cual se “fertiliza la citricultura, porque en septiembre y en octubre se nos viene la floración, requiriendo una planta fuerte y hoy por hoy no tenemos gasoil y fertilizante por lo que la preocupación es doble”.
Toller considera que va a seguir “poniendo el pecho a la citricultura que es una inversión a 30 años”. Dijo que vive en una zona donde se están “condenados a ser citricultores, otra no nos queda, y en superficies que para otras explotaciones serían pequeñas como 20, 25, 35 y 40 hectáreas. Y en esa extensión de tierra, si no es por algo intensivo, no alimentas una familia, menos que menos. La producción intensiva de nuestra zona se llama citrus y tiene sus riesgos”. Contó que “desde el año 1979 hasta la fecha desaparecieron 500 productores que trabajaban en la citricultura, un número demasiado alto”. Planteó que los problemas en la producción “vienen de largo arrastre”, y que no hay que olvidar “que en el gobierno de Carlos Menem con Domingo Cavallo como ministro de Economía la pasamos muy mal con la convertibilidad. Después se sucedieron los gobiernos y los problemas hasta llegar a esta situación en la cual estamos empantanados”.
Señaló que “la Argentina tiene una enorme crisis moral que genera la crisis política, la económica y todo lo demás, cómo la pérdida de la cultura de trabajo”.