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Política
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Municipios: Majul propone dar facultades a la Comisión Vecinal

Descentralizar el cobro de las tasas, facilitar la actividad política, asegurar que el resultado de las urnas se exprese en los concejos deliberantes, redactar artículos operativos, son apuntes del estudioso Julio Majul, de Gualeguaychú, para incorporar en la Carta Orgánica local.

La Constitución de Entre Ríos habilita a todo municipio de más de 10.000 habitantes a darse su propia Carta orgánica.
La Constitución de Entre Ríos habilita a todo municipio de más de 10.000 habitantes a darse su propia Carta orgánica.

La Constitución de Entre Ríos habilita a todo municipio de más de 10.000 habitantes a darse su propia Carta orgánica. Las comunas no han convocado a convenciones estatuyentes, pero se espera un debate sobre el asunto. En Paraná hubo atisbos desde una propuesta del vecino Martín Quiroz.

Adelantado a los acontecimientos, el abogado y periodista de Gualeguaychú Julio Majul escribió un resumen de sus aportes en una obra que tituló “Ideas para debatir sobre la Constitución de Gualeguaychú”.

Con preámbulo

Majul se muestra favorable a una suerte de preámbulo en la Constitución local. “Enunciar que en Gualeguaychú ‘nadie es más que nadie’ en principio, o frase con ese contenido, parece correcto”, dice el estudioso, autor también de las obras “Merd o patria” y “Fibras del Abya yala”.

“Decir que consideramos que los humanos somos parte de la naturaleza y no debemos dañarla por ninguna razón, también sería bueno. Conceptos elementales, como que los gobernantes están al servicio del pueblo, y no para servirse del pueblo de ninguna forma; decir expresamente que debemos tender a valora al prójimo por lo que es, no por lo que tiene… Sería interesante que se declare a los animales no humanos como sujetos de derecho”, sugiere Majul y apunta al consenso: “Lo más importante sería que estas declaraciones sean aprobadas por alguna mayoría especial de la Convención”.

Quién gobierna

El autor propone un cambio en la selección de las autoridades públicas. “La esencia de la democracia es que sea el gobierno del pueblo. Sin embargo, en Entre Ríos esto no se cumple: en realidad, gobierna el que gana una elección… puede gobernar igual alguien que gane con el 39 por ciento de los votos, o con el 51 por ciento. Y hemos naturalizado esto, que en verdad no es democracia”.

“Ocurre que en esta provincia, azotada por malos gobernantes, y malos dirigentes, los dos grupos políticos mayoritarios tratan de asegurarse gobernar sin frenos, y a la vez tratan de impedir que otro grupo político tenga participación en el poder. Entonces se aferran al criterio de ‘gobernabilidad’, que en realidad significa que el que gane la elección pueda hacer lo que se le ocurra”.

Como un ejemplo de la modalidad que cuestiona, Majul afirma que en la actualidad el partido que accede al gobierno con el 40% de los votos tiene el 57% de los votos en el Concejo Deliberante.

Recuerda que en Concepción del Uruguay hubo una gestión que gobernó la ciudad con un Concejo de mayoría opositora, lo cual “hizo pedazos la teoría de la gobernabilidad”.

Financiar la política

En uno de los breves capítulos de la obra, Majul propone que el presupuesto municipal destine el 2% para financiar la actividad política. “Lo que ocurre en la realidad es que la mayoría de los políticos se ve forzada a pedir dinero para la campaña; y solo se puede pedir al que tiene. Y el que tiene colabora (si quiere) pero a cambio de que, si llegás a algún cargo, le hagás un favor medible en dinero. Lo cual es  horrible y desnaturaliza toda la actividad política, que debiera ser la mejor forma de servir a la gente”.

En otro apartado, Majul propone que los temas de adicciones e inseguridad sean tratados como asuntos sociales y combatidos con actividades deportivas y artísticas, con alta participación de las comisiones vecinales.

Descentralizar

Esas comisiones alcanzan en el  libro del gualeguaychuense un espacio central.

“Más poder para las Comisiones Vecinales: que cobren tasas”, titula un capítulo.

Allí se detiene en la  historia de esta idea: “en los años ’60 el Partido Intransigente tenía tres concejales en Gualeguaychú. El más joven era Rodolfo Alazard, y fue el decidido impulsor de una iniciativa que contó  con la firma de sus colegas  Francisco Hernández y Raúl Rébori. Iniciativa que –creo recordar- ni siquiera fue discutida entonces. Pero Roberto era un hombre perseverante, cuando volvió a ser concejal, años después, tornó nuevamente a presentar su idea. Tampoco tuvo suerte”.

“Como éramos vecinos además de amigos, fui testigo del entusiasmo con que defendía su idea. Que consistía en que las Comisiones Vecinales cobraran las tasas municipales en su esfera de acción y percibieran una comisión por sus tareas. El objetivo era doble: que las Vecinales tuvieran su propio dinero y que se involucraran en la tarea de gobierno”.

“Pasaron los años y Militancia Peronista (una organización interna del PJ, fuerte en Gualeguaychú) tomó el gobierno de la ciudad, con mucho interés en desarrollar las Comisiones Vecinales, y con la idea fija del presupuesto participativo, que se había puesto en práctica en La Paz”.

“Para Militancia Peronista y lo que quedaba de los intransigentes –añade Majul-, era prioritario el tema de la participación popular, que se ejemplificaba con el presupuesto participativo. Y luego de un lapso de escaso desarrollo, gobierna lo que llamaríamos piaggismo, dado que sus conductores parecen ser Esteban Martín Piaggio y Martín Roberto Piaggio. El piaggismo, dentro de sus muchos aciertos, se ha preocupado por la participación popular, desarrollando tanto las Vecinales cuanto diferentes formas de presupuesto participativo”.

“Me parece oportuno reflotar la iniciativa de Roberto Alazard, pero darle ahora rango constitucional”.

Otro rol que podría asumir el Municipio, según el autor, es el de la resolución de rencillas vecinales, familiares, sin sustituir por eso a la Justicia.

La obra tiene 64 páginas y está  dedicada a una treintena de vecinos que acompañaron al autor en la edición del viajo diario Noticias en su ciudad, muchos de ellos luego trabajadores del diario El Día.

Para Majul, los artículos de la Carta Orgánica tienen que ser claros y operativos, sin necesidad de reglamentaciones, para evitar lo que pasó con la Constitución de Entre Ríos, con artículos que esperan su puesta en vigencia desde hace una década. También debiera establecer sanciones, dice, ante el incumplimiento de la norma. “Si la Constitución dice, por ejemplo, que el estado garantizará el acceso a vivienda digna para todos los ciudadanos,  eso no deja de ser un bolazo o una utopía bienpensante, si no se establece alguna penalidad  para el caso de incumplimiento”, o exige un presupuesto anual con ese fin.

Fácil lectura

Otro punto importante para el autor es la necesidad de evitar que los intendentes se conviertan en caudillos a los que los ciudadanos deban entregar sus destinos. “A todo el mundo le parece lógico que los concejales del partido oficial defiendan cualquier planteo del intendente”, dice el autor y se manifiesta en contra del seguidismo como de la oposición por la oposición misma.

También aborda temas como los sueldos de los funcionarios y el control de las cuentas públicas. Para Majul, el control debe ser previo, y realizado por un organismo que no responda al partido gobernante.

El libro no agota los puntos tratados sino que obra de apunte para iniciar un diálogo en torno de la Constitución local, desde la perspectiva de un vecino que conoce a su ciudad, que ha indagado en los atributos y luchas de su Gualeguaychú natal, “mi lugar en el mundo por elección fervorosa”, como reza el prólogo. Contrario a lo que se espera de un abogado, Julio Jesús Majul no habla en términos leguleyos sino como un vecino con preocupaciones auténticas, con palabras de la calle.

Autor:  Daniel Tirso Fiorotto. Periodista, escritor, investigador.

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