La trazabilidad es un aspecto clave para evitar la sobrepesca y minimizar el impacto ambiental. Según un informe del Círculo de Políticas Ambientales, al que accedió AIM, los sistemas de trazabilidad de diferentes tipos de productos están adquiriendo cada vez más relevancia a nivel global en más industrias, impulsados por la demanda de los consumidores y las regulaciones que algunas naciones ya están implementando.
Entonces, ¿Por qué necesitamos una ley de trazabilidad de la pesca?
1) Porque el 36 por ciento del pescado comercializado en las principales ciudades de la Argentina está mal etiquetado o es sustituido x otras especies no declaradas, como tiburones y rayas.
2) Porque la trazabilidad es una herramienta que permite diferenciar en los mercados de destino a los productos legales de los de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada que practican las flotas de aguas distantes, mayoritariamente chinas.
3) Porque tres los principales mercados de destino de la pesca argentina, Estados Unidos, la Unión Europea y Japón ya cuentan exigencias de rastreo y están haciendo más estrictas sus políticas de trazabilidad.
4) Porque las flotas que realizan pesca ilegal, no declarada y no reglamentada están asociadas al crimen organizado, la violación de los derechos humanos de sus tripulaciones y a la devastación del mar.
Qué es la trazabilidad
Según el estudio, al que accedió AIM, existe una vasta experiencia en trazabilidad en diferentes sectores de la industria alimenticia. En la pesca, estos esquemas implican la capacidad de rastrear y verificar la información sobre el origen y el trayecto de los productos, y cómo atraviesan la cadena de suministro: qué, quién, cómo, dónde y cuándo (se) pesca, procesa y transporta.
Los sistemas de trazabilidad son estructuras que permiten la rastreabilidad o el seguimiento de productos; pueden ser en formato impreso, pero en la actualidad se avanza rápidamente hacia sistemas informáticos y la utilización de Blockchain.
Existe una bibliografía especializada que contiene múltiples descripciones detalladas de los sistemas de rastreabilidad existentes en varios sectores alimentarios, y existe un consenso general sobre qué atributos podrían o deberían poseer dichos sistemas.
Un sistema de rastreabilidad para productos alimentarios debería ser capaz de:
· dar acceso a todos los atributos2 de un producto alimentario, no solamente aquellos que se pueden verificar en forma analítica;
· dar acceso a los atributos de un producto alimentario o un ingrediente en todas sus formas y en todos los eslabones de la cadena de suministro, no solamente a nivel de lote de producción; facilitar la rastreabilidad hacia atrás (¿de dónde proviene el producto?) y hacia adelante (¿a dónde fue?)
Cabe destacar que se prevé que el segmento de la pesca sea testigo de la tasa de crecimiento más alta en el mercado mundial de trazabilidad de alimentos en los próximos años. Según las directrices recientes de la Unión Europea, Japón y los Estados Unidos, la trazabilidad es ahora (y cada vez más) un mandato para todas las empresas que operan en el mercado de productos del mar y la pesca.
La industria alimentaria está cada vez más impulsada por la demanda de los clientes que buscan alimentos seguros y, frente a ello, establecer un sistema de trazabilidad sólido para minimizar la producción y distribución de alimentos inseguros o de mala calidad resulta una respuesta adecuada.
En el caso de los productos del mar, además, la ocurrencia y las implicancias de la captura ilegal y el etiquetado incorrecto se han vuelto más visibles en los últimos años debido a la mayor atención de los medios y los esfuerzos de la industria, las organizaciones no gubernamentales (ONGs) y los gobiernos para combatir estos problemas.
Además, se han documentado abusos de los derechos humanos, como la trata de personas y el trabajo forzoso, en algunas cadenas de suministro de productos del mar. Las oportunidades de fraude, como etiquetar incorrectamente a sabiendas del nombre de la especie o el método de captura, también están aumentando a medida que se desarrollan nuevas pesquerías y las cadenas de suministro se vuelven más complejas.
En el mercado mundial de alimentos altamente globalizado de hoy, el pescado sigue un largo y sinuoso camino desde el océano hasta el consumidor. A menudo se envía a grandes distancias, visita múltiples puertos y cambia de manos entre varios corredores, procesadores y minoristas antes de que finalmente llegue al plato del consumidor
El fraude de los productos del mar se presenta en diferentes formas:
· la sustitución de especies, a menudo un artículo de bajo valor o menos deseable es vendido en lugar de una opción más costosa o deseable ya que, una vez que el pescado está fileteado, su especie puede ser difícil de determinar;
· el etiquetado incorrecto, que incluye ocultar el verdadero origen de los productos -se etiqueta incorrectamente el nombre de la especie, el país de origen, para evitar regulaciones y tarifas, o incluso para colar pescado capturado ilegalmente en la cadena de suministro-;
· el agregado de empanizado, agua u otros a los productos del mar para aumentar su peso aparente -los procesadores suelen agregar una capa de hielo o un conservante para mantener fresco un producto de mar, una práctica normal y legal. Sin embargo, cuando un procesador usa exceso de hielo o aditivos -remojo- e incluye ese peso con el peso neto de los productos, eso es un fraude-.
Trazabilidad en Argentina
Existen algunos antecedentes y nuevas iniciativas privadas en nuestro país que han avanzado en la trazabilidad de los productos de la pesca.
Sin embargo, la Argentina no cuenta con un sistema unificado, institucionalizado y establecido en su legislación nacional para la totalidad de la cadena. En la Cámara de Diputados de la Nación se han presentado dos proyectos de ley que impulsan la creación de un Sistema de Trazabilidad en la Pesca a Nivel Nacional y que coinciden en la mayoría de los puntos esenciales. A diferencia de cualquier otro tipo de instrumento, una ley marco elaborado a partir de la participación de todos los sectores involucrados contribuiría a dar seguridad a todos los actores de la cadena sobre las implicancias del sistema, y colocaría al país entre las naciones más responsables en la actividad pesquera, lo que redundaría en beneficios económicos, ambientales y reputacionales.
Dicho de otro modo, una ley de trazabilidad de la pesca y la acuicultura dotaría al Estado argentino de un importante instrumento para combatir la pesca ilegal y no reglamentada, garantizar la sustentabilidad y el desarrollo económico local, mantener el acceso a los mercados más exigentes y rentables, y conservar el Mar Argentino y el Atlántico.