Los dos ministros que Javier Milei eligió para reencauzar las relaciones con los partidos políticos dialoguistas recibieron esta tarde a todos los representantes de las provincias en la Casa Rosada, que cumplieron con asistencia perfecta a pesar de las resistencias que habían mostrado los kirchneristas. El objetivo principal del Gobierno es aprobar sin dilaciones, sobre todo, las privatizaciones y las facultades extraordinarias para el Ejecutivo. Desde las 15, escuchaban los reclamos de los distritos y les planteaban propuestas -principalmente fondos a través de un nuevo pacto fiscal- a cambio de apoyo a la ley Ómnibus reversionada.
Según describió Jorge Macri al término del encuentro, acordaron avanzar con una Ley Ómnibus “parecida a la anterior” pero con los temas que cuentan con acuerdos. “Celebro la vocación de diálogo del Gobierno”, agregó Ignacio “Nacho” Torres quien relató que avanzaron en una agenda de crecimiento y desarrollo. Durante la conferencia de prensa, el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo adelantó que van a “trabajar para que el proyecto logre la sanción”.
El encuentro tiene lugar una semana después de la convocatoria del primer mandatario en la Asamblea Legislativa al resto de la clase política, a cambio de un nuevo pacto fiscal que alivie sus cuentas y con vistas a firmar un acuerdo de 10 puntos de consenso básicos en mayo. Los encargados de llevar el diálogo son el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, pero a último momento sumaron al Secretario de Hacienda, Carlos Guberman; del Interior, Lisandro Catalán; y al Secretario Ejecutivo de Gobierno, Jose Rolandi.
Intentarán buscar una diagonal para conseguir respaldo legislativo para aprobar sus reformas. El primero comandará por primera vez un encuentro de estas características, en un intento de Milei de lograr mayor “prolijidad” en la discusión. Lo cual es una forma de admitir que el primer tramo de las conversaciones, entre enero y febrero, fue al menos desordenado.
Los gobernadores entraron puntuales a la Casa Rosada. Estaban citados a las 14.45 y exactamente a esa hora empezaron a ingresar, uno por uno, a través de la explanada, para luego desplazarse por el Salón de los Bustos y subir las escalinatas que los llevaban al Salón Eva Perón. En orden, pasaron Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Hugo Passalacqua (Misiones), Claudio Poggi (San Luis), Rolando Figueroa (Neuquén), Leandro Zdero (Chaco), Carlos Sadir (Jujuy), Marcelo Orrego (San Juan), Jorge Macri (Caba), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Melella (Tierra del Fuego); Sergio Ziliotto (La Pampa); y Axel Kiciloff (Buenos Aires), que estaba acompañado por su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y puso fin al cruzar el portón de acceso a las especulaciones sobre su ausencia.
En una segunda tanda llegaron Ignacio Torres (Chubut), la vicegobernadora de Alfredo Cornejo, Hebe Casado (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Y, sobre la hora del encuentro, previsto para las 15, pasaron Teresita Madera, vice de Ricardo Quintela (La Rioja); Gisela Scaglia, la dos de Maximiliano Pullaro (Santa Fe), que decidió faltar a último momento por por una urgencia de seguridad local pero no dejó de mandar un representante; el vice de Gildo Insfrán (Formosa), Eber Solís; Claudio Vidal (Santa Cruz); y Gustavo Valdes (Corrientes). Apenas tarde llegaron Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta), los tres norteños peronistas con mayor afinidad con Milei, ansiosos por que se apruebe el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) para fomentar las industrias locales.
La reunión comenzó a las 15.15, cuando Posse se instaló en la cabecera de la mesa rodeado por Francos y los secretarios e inició la conversación, cuyos detalles se conocerán en las próximas horas. Por ahora, sólo está definido que sea Francos quien quede a cargo de resumir el resultado, en una rueda de prensa en la Sala de Conferencias del segundo piso del palacio gubernamental. Es probable, adelantaron en su entorno, que sume a algún gobernador a la alocución, como en el primer encuentro de enero. En ese momento lo habían acompañado, con breves discursos de resumen, Jalil, Sáenz y Yaryora, antes de que las relaciones con el cordobés se quebraran.
Milei, está confirmado, brillará por su ausencia. Se encuentra aún en Olivos, y en Gobierno aseguraron una vez que había comenzado que no está previsto que se traslade a la Casa Rosada, a donde sólo va los martes y los jueves. Así, no se cumpliría la expectativa de que “pase a saludar”, como había arriesgado Francos en una consulta periodística anteayer. “No soporta a varios, en especial a Axel. Le arruinaría el día”, dijeron en Balcarce 50. El sentimiento es mutuo con el gobernador bonaerense, que no confirmó hasta anoche, tarde.
En la previa del encuentro, en Gobierno señalaban, en medio de las dudas, que hay varios puntos sobre los que que hay consenso suficiente; y puntos que serán excluidos de manera definitiva. Así, la ley “Bases” incluiría sin falta la entrega de facultades extraordinarias para Milei; la privatización de empresas estatales; la reforma del Estado y el impulso de un nuevo régimen de grandes inversiones. En el capítulo fiscal incluirían Ganancias, blanqueo, moratoria y el adelanto de Bienes Personales. Y no insistirían con aumentar las retenciones.
En Balcarce 50 nadie aspira a que hoy se alcance un acuerdo concreto. En cambio, avisan que será una “primera aproximación” con los jefes de los Ejecutivos provinciales para evaluar sus pretensiones y transmitirles los límites de los cambios. Los delegados de Milei, en tanto, llegaron con una serie de temas prioritarios en agenda, donde entremezclarán los ejes del texto de la Ley Ómnibus con “nuevos” puntos, que en realidad serán extraídos del DNU de desregulación de la economía. Además, sumarán temáticas introducidas por parte del oficialismo en el debate público durante las últimas semanas, como la declaración de la educación, la salud y el transporte como servicios esenciales, para limitar el derecho a hacer huelga.