Pasaron 110 años de aquel “grito” que marcó un antes y un después no solo en la producción agropecuaria y en los que abrían los surcos de la tierra, también en la política, economía y en la sociedad toda de hace más de un siglo. Pasaron 11 décadas y los problemas persisten en el campo argentino con faltas de políticas de estado que perjudican fundamentalmente al pequeño y mediano productor.
En distintas gestiones de gobierno se forjaron colonias para aquellos arrendatarios que trabajaban en un sistema casi feudal, viviendo en condiciones paupérrimas. La mayoría gringos, inmigrantes de una Vieja Europa azotada por las guerras y la falta de oportunidades. Es así que alemanes del Volga, italianos, ucranianos, suizos, polacos y gente de otras nacionalidades llegaron para “Hacer la América”. La mayoría que bajó en el Puerto de Buenos Aires terminó en las provincias agrícolas que necesitaban mano de obra. La explotación a límites extremos no tardó en llegar y prácticamente pagaban por trabajar sin descanso. Es así que comenzaron a alzarse una serie de voces marcando un antes y un después en nuestra historia. La actualidad marca que, si bien muchas cosas han cambiado, los reclamos de los productores siguen vigentes. La falta de políticas que se mantengan en el tiempo, estado de los caminos que parecen ser de 1912, previsibilidad y frenar el desarraigo rural que cada vez se profundiza más son algunos de los temas más candentes sin resolver. A 110 años, el “grito” del campo sigue resonando y es imposible no encontrar coincidencias con hechos multitudinarios más recientes como la resolución 125 en el 2008 que no pudo ser aplicada por el voto “No Positivo” de Julio Cobos en una recordada sesión en el Congreso de la Nación.
El “Grito de Alcorta” fue la rebelión agraria de pequeños y medianos arrendatarios rurales, que, en 1912, durante la presidencia de Roque Sáenz Peña, sacudió el sur de la provincia de Santa Fe y se extendió por toda la región pampeana, con centro en la ciudad de Alcorta.
La manifestación marcó la irrupción de los chacareros, mayoritariamente inmigrantes europeos, especialmente italianos y españoles, en el escenario de la política nacional del siglo XX, dando origen además a su organización gremial representativa, la Federación Agraria Argentina (FAA).
El detonante del “Grito de Alcorta” fue principalmente a consecuencia de la formidable cosecha de 1912, al comprobar los chacareros que luego de pagar las deudas no les quedaba un solo peso.
Recordamos que, en 1911 la cosecha había fracasado, y el precio del maíz que estaba en el orden de 5 pesos la tonelada se incrementó, por los valores internacionales, a 13 pesos. Ese mejor valor, provocó la siembra masiva de maíz y los agricultores lograron al año siguiente una cosecha récord. Sin embargo, en 1912 los precios de los insumos aumentaron indiscriminadamente y también se elevaron los precios de los arrendamientos rurales que los terratenientes dueños de la tierra les exigían a aquellos inmigrantes y colonos de la Argentina de principios de siglo
Así fue, que el 25 de junio de 1912 se realizó una asamblea presidida por el agricultor Francisco Bulzani en la Sociedad Italiana de Socorro Mutuo e Instrucción en la ciudad santafecina de Alcorta, de la que participaron miles de chacareros que declararon una huelga por tiempo indeterminado, que se extendería hasta el mes de agosto.
Entre otros, los principales reclamos de los agricultores se centraban en una rebaja general de los arrendamientos, en poder entregar en las aparcerías el producto en parva o troje, en poder celebrar contratos por un plazo mínimo de 4 años y que haya libertad de contratación.
A medida que creció la huelga, se fue avanzando también en su organización y tomó fuerza la idea de constituir una institución central de chacareros.
El 15 de agosto de 1912, en la Sociedad Italiana de Rosario, se fundó la primera entidad gremial del campo, la Federación Agraria Argentina. Su primer presidente fue Francisco Noguera, con asesoría de Francisco Netri que luego asumiría la presidencia de la Federación. Netri fue perseguido, en junio de 1913 fue detenido y enjuiciado, pero luego fue absuelto. El 5 de octubre de 1916 fue asesinado.
El “Grito de Alcorta”, si bien no modificó sustancialmente la estructura agraria, favoreció el surgimiento de organizaciones campesinas en otros lugares de la Nación, como en Buenos Aires, La Pampa y Córdoba.
A raíz de este movimiento, en agosto de 1913, el Dr. Juan B. Justo presenta el primer proyecto de ley de arrendamientos en el Congreso Nacional. Pero no será sino hasta 1921, cuando la Argentina sanciona la primera Ley de Arrendamientos Rurales, la N°11.170.
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