La venta de soja en septiembre “beneficiará a los productores que aprovechen el paréntesis que generó el gobierno, ya que al poder vender a un tipo de cambio de 200 pesos y comprar productos al cambio oficial, tendrán un 40 por ciento más de valor en su producción, con lo que diluirán sus costos”, dijo el encargado del área comercial de la Cooperativa Agrícola Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren (Coopar), Andrés Rosado.
El “dólar soja” anunciado por el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, “no está dirigido al sector agropecuario en sí, es decir, no es una política de Estado sino que es coyuntural y tiende a resolver un problema de caja del gobierno, que, cuando logre su objetivo, lo discontinuará, porque cede parte de recaudación del negocio de exportación de soja, por lo que es recomendable que los productores aprovechen esta ventana”, dijo Rosado.
En ese sentido, explicó que el tipo de cambio “impacta en forma muy fuerte en la explotación agropecuaria, porque todos los insumos que se utilizan se manejan con precios dólares, al igual que la producción propia, que se exporta”.
En el circuito productivo agropecuario hay dos grandes grupos en los que impacta de forma distinta el dólar: “Los que producen materia primas (granos, aceites, harinas, etc…) para exportación, quienes atan sus insumos a la misma exportación, salvo la distorsión de las retenciones; y quienes producen para el mercado interno, es decir, quienes tienen los mismos insumos en dólares pero la venta de su producción es en pesos”.
Al respecto, comentó que durante este gobierno quienes producen para exportar “tenían un desdoblamiento en el tipo de cambio oficial y el dólar paralelo, por lo que el productor vendía a un tipo de cambio y, si bien los insumos están a ese tipo de cambio no es el dólar que se adquiere en el dólar billete, por lo que la brecha en el tipo de cambio paralelo y el oficial (en el fondo) terminaba siendo una especie de retención encubierta en el esquema de producción”.
Para el productor agrícola los mayores costos son el arrendamiento (atado a quintales de maíz o soja) y los insumos, pero paga todos los otros servicios en pesos (con lo que se ve medianamente favorecido). Frente a esta situación aparecen estas últimas medidas ejecutadas por gobierno nacional, “tendientes a recaudar más. Así, en septiembre se insta con este valor del dólar a que el productor liquide”, apuntó Rosado quien sugirió que los productores “deben aprovechar esta ventana, ya que al poder vender su soja a un tipo de cambio de 200 pesos y comprar productos al tipo de cambio oficial (de 140 pesos) tienen un 40 por ciento más de valor en su producción, con lo que diluyen más sus costos”. Así, liquidar en septiembre “permitirá posicionarse en insumos, que son gran parte de los costos y al bajarlos reducen el techo de rendimiento/deficiencia”.
En este marco, para Rosado, adherirse, sería la mejor opción porque la medida no se prolongará por tres razones: “Porque obedeció a una necesidad del gobierno de generar liquidaciones de soja para poder recaudar y tapar un bache fiscal que tienen en septiembre por compromisos asumidos o balances del Estado; porque aumentará los costos para la producción animal; y porque el gobierno quiere volver a su esquema de recaudación”.
En ese sentido, contó que “toda la producción animal (en base a alimentos balanceados que utilizan subproductos de la soja) se verá encarecida y eso se traducirá en el precio de las explotaciones avícolas, porcinas, bobinas de carne y de leche; y eso (si la medida se prolonga en el tiempo) se trasladará a los productos finales, que generarán, nuevamente, inflación y problemas de costos que no quieren. Por otro lado, al gobierno le interesa volver a su esquema de recaudación donde recupere ese porcentaje que favorece al productor, que lo cedió (temporalmente) porque necesitaba recaudar”.
Salidas coyunturales sin políticas de Estado
Para Rosado, el Régimen del gobierno es una salida transitoria para aumentar la recaudación que no presenta un mensaje claro al sector, ya que, simultáneamente el Banco Central (Bcra) emitió una Resolución que aumenta las tasas de interés de créditos para quienes no liquidan soja: “Todas las veces que el gobierno intentó promover una acción del sector mediante castigos le salió mal, no fue positiva, por eso extraña que habiendo sido tan positivo y habiendo tenido tan buen resultado la liquidación se haya aprobado una medida complementaria negativa como la del Central. Es como que dan una caricia y, luego, un cachetazo que confunde y no genera confianza”.
“La Argentina se merece que los gobiernos diseñen políticas a largo plazo y no siempre atrás de una coyuntura puntual, arreglando una cosa y rompiendo otra, porque en este caso le solucionan el problema al sojero pero perjudican al tambero y todo el sector porcino y avícola y otras explotaciones que utilizan los derivados de la soja”, dijo el ingeniero.
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