Por Prof. Marilina Scarlata*, especial AIM.- Imaginemos que ingresamos a un laboratorio y armamos un equipo “fumador”. Es posible atrapar las partículas del humo y ensayar sus efectos sobre un organismo vivo a partir de un experimento, que se puede realizar con un cigarrillo con filtro y luego, repetir con uno sin filtro. Y también se puede experimentar con otro tipo de organismo vivo, la forma de degradar ese filtro contaminante del ambiente.
¿Ud. aspiraría el humo de una chimenea? Fumar es más o menos lo mismo. En el extremo de un cigarrillo encendido se alcanzan 850°C, temperatura a la que se inician reacciones químicas por las que se producen más de 3.600 sustancias. En el humo hay 69 de esos compuestos que son cancerígenos, tales como nitrosaminas e hidrocarburos policíclicos, altamente tóxicos: benzo (a) pireno, benzo (c) fenantreno y benzo (c) antraceno. Es decir que el humo también es dañino.
Hay un experimento propuesto en el libro Quim Com Química en la Comunidad, publicado por American Chemical Society1 que trata de una actividad de laboratorio sobre el consumo del cigarrillo. El objetivo es observar los efectos del humo del cigarrillo sobre un organismo vivo y concluir con la inquietud: “Tú decides: ¿fumar?”
El procedimiento contiene el armado de un equipo, como el que muestra la figura 1, que funciona simulando el acto de fumar un cigarrillo. Durante la primera parte de la experiencia se atrapan las partículas del humo de un cigarrillo sin filtro. En estas condiciones, los cigarrillos tienen alta concentración de alquitranes, cuya composición química varía, pero sin dudas está presente la mezcla que contiene las sustancias tóxicas, entre ellas la nicotina.
La segunda parte del ensayo se lleva a cabo con un cigarrillo con filtro, éste viene fabricado con acetato de celulosa y según estudios realizados en la Universidad Nacional de San Luis (Argentina), contiene cadmio, un metal tóxico para la salud; el filtro tiene la función de retener parte del alquitrán y del humo antes de que lleguen al pulmón del fumador, y además enfría ese humo y facilita su inhalación. Pero los filtros no son degradables (o no lo eran) y constituyen gran parte de la basura del mundo.
Con el equipo descripto se propone en esa actividad, la observación de los efectos del humo recolectado sobre un organismo vivo, Euglena, un microbio unicelular que habita los microscópicos espacios existentes entre los granos de arena y de otros depósitos en los fondos marinos, lacustres o fluviales, o sencillamente vive en aguas dulces. Más exactamente, se comparan los movimientos que registra el microorganismo en cada parte del experimento.
Para hablar de los resultados, habría que realizar la experiencia, pero se pueden suponer las conclusiones en función de las sustancias mencionadas, cuyas propiedades son altamente conocidas, tanto que arrojan una estadística fatal bastante alarmante: cada cuatro segundos muere una persona fumadora, según la Organización Mundial de la Salud.
Por otra parte, continuando con los filtros de los cigarrillos y sus efectos, diré que en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la investigadora María del Pilar Núñez y su directora de tesis Isabel Cinto, están trabajando en la degradación del filtro de cigarrillos, esos que después de fumar quedan como “colillas”. Esta tarea se puede llevar a cabo con un hongo del género Trametes, recolectable en la selva misionera.
Este hongo “come” el papel de las colillas porque es buen degradador de celulosa, el componente del papel, además les quita el color y el olor, indicativos posiblemente de la disminución de la toxicidad.
María del Pilar comenzó su estudio desde la preocupación por la basura en las playas, en donde abundan las colillas de cigarrillos. Sus ensayos iban mostrando la transformación en el ambiente producido para el estudio, las colillas iban cambiando el color amarillo por el blanco y no olían igual, y a la vez los hongos iban adquiriendo un aspecto bastante desagradable…la degradación estaba funcionando. Probó luego con la toxicidad y agregó semillas de lechuga, una verdura muy frágil al ataque de microroganismos, sin embargo, germinaron bien.
En la facultad los ensayos e investigaciones continúan con el objetivo de conocer qué sustancias son las que el hongo puede eliminar, precisamente se quiere saber qué acción ejerce sobre la nicotina, mientras tanto una buena noticia surge a partir de este trabajo, y el panorama resulta promisorio, porque no es una investigación costosa, sólo necesita recolectar las colillas, ponerlas en contacto con el hongo, un poco de agua…..y la naturaleza hará el resto, según expresa Isabel.
*Prof. Marilina Scarlata
Directora de Divulgación Científica AAPN
Miembro Comisión Educación y Comunicación UICN