El exitoso festival nacional de teatro Corriendo la coneja, que se realizó este fin de semana en Paraná, rompió los muros de las salas para contar aventuras, como los antiguos viajeros hacían. Del encuentro participaron grupos de diferentes puntos del país, quienes representaron con pasión sus historias, registró AIM.
Corriendo la coneja, es un espacio que “crece año a año gracias a la participación de las personas y grupos que se suman”, afirmó a esta Agencia Paula Righelato, integrante de la organización, quien destacó que el festival nacional -que se realizó por quinta vez consecutiva- “fue un éxito, ya que hubo muchísimo público todos los días (con un promedio de entre 400 y 600 personas)”.
“Este año participaron seis grupos de diferentes partes del país: San Luís, Tucumán, San Fernando, Rosario, Santa Fe y Paraná. Todas propuestas fueron de excelente calidad artística y humana”, subrayó la artista de la compañía Teastral, quien detalló que las funciones “fueron disfrutadas por la gente que estaba en la plaza quienes, también, pudieron ser parte de un taller de poesía pequeña, a cargo de Rosío Lanfranco; módulos de Puerto Ciencia; y sintieron la experiencia del teatro en formato pequeño con las cajas Lambe Lambe, de las que una estuvo a cargo de una artista tucumana y cinco cajas más locales, que nacieron en el taller de Lambe Lambe, que dio Cumami teatro en el Corriendo la coneja del año pasado”.
Las historias que se escuchaban por todos los rincones de la plaza, se fusionaron armónicamente con los juegos, la calesita del parque y la feria de artesanos, que permitió a niños y adultos disfrutar una experiencia comunitaria, entre risas y algarabía: “Todas las propuestas fueron pensadas para que quienes fueran a la plaza puedan disfrutar las actividades culturales como el teatro y diferentes disparadores, para despertar el juego y la imaginación”.
Además, el festival “buscar fortalecer el teatro callejero en la provincia y generar un intercambio con quienes vienen a participar, para que la acción del teatro se replique y multiplique en todas partes”, dijo Righelato quien agregó que para los artistas “se realizó una charla debate el miércoles en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), gracias al apoyo de la secretaría de Extensión de esa casa de Estudios; y se habilitó un espacio de formación - que se había iniciado el año pasado con un debate sobre el Teatro obrero y militante, a cargo de Carlos Fos- con un panel sobre herramientas de gestión cultural de espacios no convencionales”.
En ese marco, Righelato destacó el apoyo que dieron los auspiciantes (tanto privados como estatales), “porque sin esa colaboración sería mucho más difícil poder realizar esta fiesta abierta a todo el público”.
Los artistas paranaenses demostraron que el espíritu de la humanidad se despliega en el arte, que también pisa el polvo de las plazas. Como en la antigüedad, el teatro absurdo, dramático, trágico o cómico salió a la calle con artistas de diferentes puntos del país, quienes narraron sus historias en la plaza, donde trazaron pinceladas de la realidad popular con correos que cierran, amores desparejos y gauchos domesticados.