La Organización Panamericana de la Salud (OPS) renovó el alerta ante el incremento de casos de dengue en la región, recordó a AIM la epidemióloga Silvina Saavedra para señalar que no se debería bajar la guardia a la hora de efectuar prevenciones en verano y evitar así la proliferación de su vector: el aedes aegypti. En relación a la aparición de alacranes dijo que ha sido normal para la época, pero apuntó al cuidado que debe tener la población que adquiere pichones de loros, potenciales transmisores de la Psitacosis.[{adj:65975 alignright}]
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), junto con la Organización reiteraron el mes pasado a sus Estados miembros la necesidad de activar las alertas epidemiológica por dengue –esta enfermedad viral transmitida por los mosquitos– que ya había emitido en agosto. La recomendación, dijo a esta Agencia Silvina Saavedra –veterinaria especialista en manejo de plagas urbanas–, se debe a que en Latinoamérica se han registrado más de 2 millones de casos de infectados por el virus del dengue en lo que va de año, y por lo cual no hay que bajar la guardia.
Según la experiencia de la epidemióloga, los aedes aegypti cada vez vienen “peores”, porque están adquiriendo resistencia para adaptar su ciclo vital a los cambios de temperaturas, como las que se han presentado en la región, con días de altas marcas termométricas seguidas de días muy fríos para la temporada. Es por esto que la especialista cree conveniente reforzar las tareas de monitoreo y prevención que, justamente, recomiendan las OPS y la OMS: “ intensifiquen la vigilancia de la enfermedad, incluyendo el diagnóstico de laboratorio; revisen sus planes de emergencia; fortalezcan e intensifiquen la vigilancia y control de vectores; aseguren que los profesionales de atención de salud estén debidamente capacitados para el adecuado diagnóstico y manejo clínico de pacientes con dengue u otras arbovirosis, con especial atención a los grupos de edad y grupos de riesgo que presenten la mayor tasa de letalidad; involucren a la comunidad en las actividades de prevención y control”.
Alacranes
En cuanto al otro gran “cuco” del verano, los alacranes, Saavedra dijo que sus registros son normales para la época. A través de su página de Facebook “Asesoría en Manejo Integrado de Plagas Urbanas y Vectoriales”, recibe inquietudes y se reciben ejemplares de los alacranes Tityus trivittatus que son preparados para enviarlos al Instituto Malbran donde se elabora la antitoxina. “Gracias a quienes colaboran llamando cuando capturan uno vivo, la salud pública es la beneficiada. Se necesitan aproximadamente 1.000 ejemplares vivos por año para elaborar el suero que se distribuye en forma gratuita a todas las zonas del país donde se requiere”, indicó en su fanspage.
Loros
Por otro lado, la médica veterinaria advirtió que “es común en esta época observar la venta de pichones de loros”, por lo que pidió extremar los cuidados. “La situación de estrés que atraviesan desde la captura o el hacinamiento durante el traslado, puede desencadenar un cuadro infeccioso en estas aves con el peligro de contagio a las personas. Esta enfermedad se denomina Psitacosis en humanos o Clamidiosis aviar (loros, palomas, patos y pavos). Es propia de las aves, causada por la bacteria Chlamydophila psittaci. Algunas aves portan este organismo pero son asintomáticas y pueden eliminarlo de manera intermitente durante períodos prolongados. En otros casos se enferman de manera leve a grave, ya sea en el momento o después de estar bajo presión por factores estresantes como una deficiencia nutritiva, el manejo, el hacinamiento o el desove y generar el riesgo de contagio para quienes tengan contacto con ellas”.
Sobre cómo se genera el contagio de la enfermedad, explicó que este “microorganismo que la produce se elimina en materia fecal, secreciones respiratorias y orales de las aves afectadas. Al secarse este material, mantiene la bacteria infectante. La transmisión de la enfermedad se da cuando el polvillo se aerosoliza y es inhalado por otras aves o personas. Los síntomas en humanos aparecen después de un periodo de incubación de 7 a 30 días, son parecidos a la gripe: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y musculares. Puede o no haber síntomas respiratorios. Dura 7 a 10 días dando cuadros leves o complicarse y llevar a la muerte si no es tratado. En las aves cuando aparecen signos clínicos, pueden incluir anorexia, letargo, plumaje encrespado, pérdida de peso. Algunas aves desarrollan signos respiratorios que abarcan desde estornudos hasta un compromiso respiratorio. También se pueden observar conjuntivitis y diarrea con excremento verde a amarillento”, detalló.
Las principal medida de prevención para este caso es “No capturar ni comprar aves en la vía pública”, pero si ya adquirió un loro “se debe consultar al veterinario para evaluar la necesidad de tratamiento antibiótico preventivo. Mantener las aves en lugares ventilados sin hacinarlas. Darle una correcta alimentación. En caso de convivir con loros o cotorras, deben permanecer en un ambiente ventilado con sol; sus excrementos tienen que ser limpiados diariamente. Realice la limpieza de la jaula de un ave con hipoclorito de sodio u otro desinfectante regularmente, evitando generar aerosoles. Evite el contacto de su boca con el pico de un ave”.