Del 24 al 30 de octubre se celebra en todo el mundo la “Semana del Desarme”, que tiene relación con la fecha de fundación de las Naciones Unidas. La celebración de la semana de desarme se dispuso en el documento final del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicada al desarme, registró AIM.
El 30 de junio de 1978 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución S-10/2 “proclama la semana que empieza el 24 de octubre, día de la fundación de las Naciones Unidas, como semana dedicada a promover los objetivos del desarme”.
En la Guía Básica sobre el Desarme que publica la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (Unoda), se constata que la gran mayoría de los conflictos violentos en nuestros tiene como victimas principalmente a civiles. Las mujeres, los niños, los discapacitados y los pobres, son especialmente vulnerables en países o regiones en crisis.
También se recuerda que la mayoría de los muertos que provoca una guerra no son resultado directo de los combates sino de las enfermedades y la malnutrición agravadas por los enfrentamientos bélicos.
En el Documento Final del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de 1978 dedicado al desarme (resolución S-10/2), se pidió la observancia anual de la Semana del Desarme, que comienza en la fecha en que se celebra el aniversario de la fundación de las Naciones Unidas. Se invitó a los Estados a poner de relieve el peligro que representa la carrera armamentista, propagar la necesidad de que cese y hacer que el público entienda la urgencia de las tareas de desarme.
En 1995, la Asamblea invitó a los gobiernos y a las ONGs a que siguieran participando en forma activa en la Semana del Desarme (resolución 50/72 B, del 12 de diciembre). La Asamblea invitó al Secretario General a seguir utilizando los órganos de información de las Naciones Unidas en todas las áreas posible, para fomentar entre el público una mejor comprensión de los problemas relacionados con el desarme y de los objetivos de la Semana del Desarme.
El coste humano y material de las armas, tanto convencionales como nucleares, es extremo. De al menos 640 millones de armas de fuego con licencia en el mundo, aproximadamente dos tercios están en manos de la sociedad civil. El comercio legal de armas pequeñas supera los 8.500 millones de dólares anuales y se estima que el ilícito se acerca a los 1.000 millones mientras armas tan habituales como las minas terrestres se llevan vidas o dejan heridos incluso años después de que acabaran los conflictos que las produjeron.
En cuanto a las armas nucleares, basta recordar las famosas palabras del premio Nobel Albert Einstein cuando dijo: «No sé con qué armas se luchará en la tercera Guerra Mundial, pero en la cuarta lo harán con palos y piedras».
Pero, más allá de los efectos obvios, hay un coste mayor.
El antiguo presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower (1952-1960) y Comandante General de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. En los comienzos de su mandato como presidente, declaró: «Cada arma que construimos, cada navío de guerra que lanzamos al mar, cada cohete que disparamos es, en última instancia, un robo a quienes tienen hambre y nada tienen para comer, a quienes tienen frío y nada tienen para cubrirse. El coste de un bombardero pesado nuevo es el siguiente: un colegio nuevo en más de 30 ciudades».
Para concienciar sobre la gravedad de este problema, cada año se celebra, del 24 al 30 de octubre, la Semana del Desarme, tal y como estableció la Asamblea General.
La eliminación de las armas nucleares y de todas las demás armas de destrucción en masa sigue siendo, pese a su dificultad, una de las principales metas de las Naciones Unidas. Los avances para alcanzar este objetivo tanto tiempo perseguido han sido escasos a pesar de los compromisos de los Estados Miembros. En el caso de las armas nucleares, esto se debe en gran medida a las tensiones entre los Estados poseedores de armas nucleares y a los anquilosados mecanismos de desarme.
Entre tanto, el Hemisferio Sur del planeta ha pasado a ser casi totalmente una zona libre de armas nucleares Disponible en inglés en virtud de tratados regionales: el Tratado de Rarotonga Disponible en inglés, aplicable al Pacífico Sur, el Tratado de Pelindaba Disponible en inglés, aplicable al África, el Tratado de Bangkok Disponible en inglés aplicable al Asia Sudoriental, el Tratado de Tlatelolco Disponible en inglés, aplicable a América Latina y el Caribe, y el Tratado Antártico Disponible en inglés. Últimamente hemos sido testigos de la entrada en vigor del Tratado sobre la creación de una zona libre de armas nucleares en Asia central Disponible en inglés, primer instrumento de su género con efecto enteramente al norte del ecuador.
La aprobación de la Agenda para el Desarrollo Sostenible representó un momento decisivo en los esfuerzos mundiales por prevenir, combatir y erradicar el comercio ilícito de armas, pues incluye el objetivo específico de reducir significativamente las corrientes ilícitas de armas para 2030.
La Asamblea General y otros órganos de las Naciones Unidas, con el apoyo de la Oficina de Asuntos de Desarme, trabajan para promover la paz y la seguridad internacional a través de la búsqueda de la eliminación de las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva y la regulación de las armas convencionales.
La Oficina promueve:
el desarme nuclear y la no proliferación;
el fortalecimiento de los regímenes de desarme con respecto a otras armas de destrucción en masa, armas químicas y biológicas y
las iniciativas de desarme en el ámbito de las armas convencionales, en especial de las minas terrestres y las armas pequeñas, que son el tipo de armas preferidas en los conflictos contemporáneos.