Con la entrada en vigencia de la Ley 10867 quedó prohibido en Entre Ríos, “la exhibición, oferta, publicidad o promoción de alimentos y bebidas ultraprocesados a una distancia no inferior a cinco metros de las filas y líneas de cajas registradoras, accesos y salidas de supermercados, hipermercados, y otros comercios de la modalidad autoservício, como así también las farmacias; con el objeto de disminuir la prevalencia e incidencia del sobrepeso, obesidad, diabetes y otras enfermedades crónicas no transmisibles en la población”, confirmó AIM.
Con la promulgación y publicación de la norma, se regulan determinados alimentos, en cuanto a su oferta pública para su venta, pero en ciertos y específicos comercios: “Estamos hablando de golosinas y bebidas con alto contenido de azúcar, limitando su exhibición a tres metros de las cajas registradoras, puertas de acceso y salida en supermercados e hipermercados, es decir, lejos de aquellos lugares de circulación de ingreso, tránsito o egreso del local comercial que no pueden ser evitados por los consumidores”.
Sin embargo, no se incluyen kioscos que se dedican a este tipo de ventas, ni tampoco locales que expresamente en su labor comercial está incluida la venta de golosinas y dulces. Tampoco están incluidos comercios tales como los almacenes barriales, que no están montados en grandes estructuras edilicias
Las restricciones tendrían como objetivo “proteger, ni más ni menos, a un amplio sector de la población entrerriana considerado vulnerable, precisamente por su condición de resultar sujetos de derecho en una etapa inicial de evolución, donde los cuidados respecto de su salud deben extremarse, esto es: la niñez”.
Una política de Estado comprometida “resulta indispensable, incluso a través de medidas, que tal vez pueden a simple vista aparecer como extremadamente simples y sencillas, pero que en su efecto simbólico y en la eficacia de su aplicación, denotan ese compromiso por el bienestar – sobre todo de la población infantil – de parte del Estado entrerriano”, indicaron a esta Agencia.
El objetivo fundamental de la propuesta “es la búsqueda de la estimulación de mejores hábitos alimentarios, promoviendo en particular la reducción del consumo de azúcares”.