El último viernes de noviembre se celebra el Día sin compras. Por sus siglas en inglés BND, Buy Nothing Day, una jornada mundial de protestas en la que se invita a toda la población a no consumir nada con la finalidad de denunciar el actual modelo de producción y consumo y promover formas de consumo alternativo. En los últimos años también se han unido activistas del movimiento ecologista, bajo la máxima de que el problema medioambiental proviene del consumismo exacerbado. En esta nota de AIM, algunas ideas de cómo podemos sumarnos.[{adj:28288 alignright}]
El Día sin compras fue fundado por el artista de Vancouver Ted Dave, quien llamó a dedicar un día para que «la sociedad examine la cuestión del consumo excesivo» y posteriormente promovido por la revista canadiense Adbusters. Los participantes de este movimiento se abstienen de comprar cualquier cosa durante 24 horas como una exhibición concentrada del poder del consumidor.
El Día Mundial Sin Compras se celebró por primera vez en Vancouver, Canadá en septiembre de 1992, pero en 1997 fue trasladado al día después de Acción de Gracias en Estados Unidos y Canadá y al día siguiente en el resto del mundo, como un llamamiento contra el consumismo de la época prenavideña.
Una forma de oponerse al Black Friday y el consumo desmedido
La elección de la fecha no es casual. El cuarto viernes de noviembre es el conocido como Black Friday o Viernes Negro, una jornada en la que los comercios lanzan numerosas ofertas y descuentos, los cuales provocan, en muchas ocasiones, un verdadero desenfreno consumista. Se trata de una tradición originaria de Estados Unidos, creada para promover el consumo en el día siguiente al de Acción de Gracias (cuarto jueves de noviembre) y que las tiendas españolas han importados unos seis años atrás.
Si bien en los primeros años la jornada se celebraba en septiembre, en 1997 los activistas tomaron una decisión radical y lo trasladaron al cuarto viernes de noviembre, para hacer que coincidiera con el Black Friday. Aún hoy en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Finlandia y Suecia el Día de no comprar nada es el viernes. En el resto de países, como en España, la jornada se realiza el sábado, el día siguiente.
Actividades para crear conciencia
En ocasión del ‘Día de no comprar nada’, en diversos lugares se organizan actividades como charlas, exposiciones, ciclos de cine y ferias de pequeños productores.
El objetivo es crear conciencia en torno a estas cuestiones, en un contexto en que el poder de la publicidad parece cada día más avasallante y el Black Friday se impone cada vez más en numerosos países y Argentina no escapa a eso. En algunas categorías, estas fechas concentran un tercio de las ventas de toda la temporada navideña, según ha informado la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged).
De todos modos, las organizaciones ecologistas y ambientalistas explican que, más que los efectos concretos de esta huelga simbólica (más que dejar de comprar durante una jornada), lo importante es llamar la atención sobre lo que sucede todo el año, es decir, los restantes 364 días. Según un informe presentado el año pasado por Greenpeace, desde el año 2000 la venta de ropa experimentó una «expansión explosiva»: en quince años, en los países desarrollados la venta de prendas creció un 60 por ciento, mientras que el tiempo durante el cual esa ropa se conserva y utiliza se redujo a la mitad. Y esta es, desde luego, solo una porción del mercado.
«La llamada a no comprar por un día es una manera de plantear un cambio de sistema, que no explote el planeta sino que esté en paz con él», afirman desde Ecologistas en Acción. «La sostenibilidad socioambiental, el reparto equitativo de la riqueza, la solidaridad y las relaciones comunitarias de cercanía son principios que deberían marcar la salida de la crisis. La jornada busca que las personas consumidoras se planteen hasta qué punto necesitan y desean lo que compran».
Por ello, la propuesta es comprar en comercios pequeños, mercados sociales, a productores locales y a iniciativas encuadradas dentro de los llamados Ingenios de Producción Colectiva. Ese consumo consciente es al que se aspira, en contra de la publicidad que llama a un consumismo desenfrenado, tampoco limitado a estas fechas, por supuesto, sino extendido a lo largo de todo el año.